La India accedió ayer a volver a la mesa de diálogo con Pakistán, un proceso crucial para toda la región surasiática que quedó roto tras el atentado en Bombay de noviembre de 2008. Paralelamente, Ajmal Amir Kasab, que la semana pasada fue condenado como único autor vivo de los ataques, puede morir en la horca a finales de este año.