Bangkok / Oviedo

La revuelta de los «camisas rojas» tailandeses ha entrado en una imparable espiral de sangre tras dos meses de tira y afloja con el Gobierno. Al menos ocho personas han perdido la vida -siete de ellas ayer- y más de un centenar han resultado heridas desde que las autoridades decidieron el jueves dar marcha atrás en sus concesiones y cortar en seco las protestas, utilizando fuego real contra los manifestantes. Un total de 37 personas han muerto desde el inicio de la revuelta y otras 1.400 han resultado heridas.

El Ejército emprendió el jueves por la noche una operación de asedio que persigue desalojar a los «camisas rojas» del corazón comercial de Bangkok y forzar a sus cabecillas a negociar. En las proximidades del campamento de los rebeldes, al lado del parque de Lumpini, pulmón de la capital del país, dos reporteros gráficos, un canadiense de la cadena de televisión France 24 y un tailandés del diario «Matichon», resultaron heridos por impactos de bala. Una horas después, otro camarógrafo del canal tailandés de televisión VoiceTV fue herido, también por un disparo.

En los primeros compases de la ofensiva del jueves, resultó alcanzado por un balazo en la cabeza el asesor militar del frente antigubernamental, el general desertor Khattiya Sawasdipol, que se encuentra desde entonces en coma profundo.

Los más violentos enfrentamientos han ocurrido en la entrada de la barriada de Bokai, situada detrás del bazar de noche o de Suam Lum, uno de los más visitados por el turismo, que casi ha desaparecido tras las semanas de protesta callejera.

El Gobierno del primer ministro y líder del Partido Demócrata, Abhisit Vejjajiva, retiró el miércoles su propuesta de celebrar elecciones el 14 de noviembre, cuando los cabecillas de los «camisas rojas» dieron marcha atrás a su compromiso inicial de abandonar la protesta. EE UU, Reino Unido y otros muchos países han cerrado sus embajadas en Bangkok, mientras que la misión diplomática española ha recomendado que se evite cualquier viaje a la capital tailandesa mientras dure la operación para acabar con los opositores.