Oviedo, L. M. S. / Efe

El disidente Guillermo Fariñas anunció el viernes que abandonará la huelga de hambre y sed que mantiene desde hace 87 días si el régimen cubano libera a los 12 presos políticos más enfermos y se compromete a dar un plazo para excarcelar al resto, unos 190.

En el hospital de Santa Clara donde está internado, Fariñas señaló que está «a la espera» de que las autoridades católicas le trasladen una propuesta concreta tras la reunión que mantuvieron con el presidente cubano, Raúl Castro, que consideró un «paso muy importante».

Castro se reunió el miércoles durante más de cuatro horas con los arzobispos de La Habana, Jaime Ortega, y Santiago, Dionisio García, y en la que, según los jerarcas eclesiásticos, se habló de la liberación de los presos políticos, sobre la que los obispos son «optimistas».

Ortega dio cuenta de la reunión con Castro en una rueda de prensa celebrada el jueves y de la que ayer informaron los medios cubanos, todos oficiales. Fariñas destacó la difusión de la noticia. «Pienso que algo está ocurriendo», señaló.

Sin embargo, insistió en que para dejar la huelga deben de ser excarcelado los 12 presos más enfermos, todos ellos disidentes del «grupo de los 75» encarcelados en la «Primavera de 2003» y condenados a penas de hasta 28 años de prisión.

También el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, celebró el diálogo abierto entre el régimen y la Iglesia cubana, una «señal positiva».

Insulza indicó que «hay razones humanitarias que suponemos han determinado la decisión de conversar» y que «ojalá haya razones fundadas para tener esperanzas de una solución al caso de Fariñas».