Oviedo, E. F. / Agencias

La escalada de tensión entre Corea del Norte y Corea del Sur prosiguió ayer imparable con nuevas amenazas mutuas y llamamientos de terceros a evitar una ruptura de hostilidades en esta zona sensible de Extremo Oriente.

La actual crisis se desencadenó tras certificar la pasada semana una comisión internacional de expertos que el hundimiento de la corbeta surcoreana «Cheonan», el 26 de marzo, fue causada por un torpedo lanzado por un submarino norcoreano. Pyongyang niega su participación en el incidente, que provocó la muerte de 46 marinos.

La comunista Corea del Norte anunció ayer que romperá todas sus relaciones con el régimen proocidental del Sur, poniendo fin al proceso de intensificación de lazos iniciado hace años con vistas a una futura reunificación de la península, dividida tras la guerra de 1950-53. Además, aseguró que docenas de navíos surcoreanos violaron sus aguas territoriales en los últimos diez días, por lo que dio por denunciado el acuerdo mutuo de no agresión y amenazó con «medidas militares» si las violaciones continúan.

Pyongyang añadió que expulsará al personal surcoreano del complejo industrial de Kaesong, símbolo hasta ahora de la futura reunificación de las dos Coreas.

Estos anuncios y amenazas se acompañaron de la puesta en alerta del Ejército y fueron la reacción del régimen de Pyongyang a la decisión tomada el lunes por Seúl de suspender todo intercambio de personas y productos entre los dos países, así como de denunciar ante la ONU el hundimiento de la corbeta.

EE UU dio garantías el propio lunes a Corea del Sur de que tendrá su apoyo militar pleno en caso de agresión norcoreana. Ambos países anunciaron inminentes maniobras militares conjuntas. Seúl volvió, además, a catalogar ayer al Norte como su «principal enemigo», término que no empleaba desde 2004 y que utilizó por primera vez en el año 1995, cuando Pyongyang amenazó con transformar la capital surcoreana en un «mar de fuego».

Mientras, desde Pekín, la secretaria de Estado de EE UU, Hillary Clinton, que hoy llegará a Seúl, cerró filas por segundo día consecutivo en torno a Corea del Sur y reveló que las autoridades chinas ven con «profunda preocupación» la crisis actual.

Clinton explicó que el primer ministro chino, Wen Jiabao, viajará el viernes a Seúl para entrevistarse con el presidente surcoreano, Lee Myung-bak. Pekín pidió moderación a las partes y les aseguró que «el diálogo es mejor que la confrontación».

La jefa de la diplomacia estadounidense aseguró que trabajará conjuntamente con China para encontrar una salida a la crisis. «EE UU y China comparten el objetivo de paz y estabilidad en la península de Corea», declaró Clinton en Pekín, donde participa en una cumbre bilateral. No obstante, Clinton fracasó en su intento de que el régimen chino apoye una condena tanto a Corea del Norte como a Irán por sus programas nucleares.

La preocupación es también el sentimiento reinante en la cúpula política de Moscú. El presidente ruso, Dmitri Medvédev, pidió «contención» a las partes para evitar que la actual escalada «derive en un conflicto armado».