Roma / Oviedo

Los habitantes de la localidad italiana de Terzigno, en la provincia de Nápoles (Sur), están en pie de guerra desde la madrugada de ayer, envueltos en duros enfrentamientos con la Policía, para impedir la entrada en un vertedero ya existente de los camiones de la basura y protestar contra la apertura de un nuevo basurero.

Los choques han causado numerosos heridos y detenidos y han movido al primer ministro, Berlusconi, a convocar una reunión urgente con varios de sus ministros.

Un grupo de personas, muchas de ellas con la cara tapada, llegó, según los medios italianos, a lanzar piedras, bengalas y barras de hierro contra la Policía, que respondió con dureza contra los manifestantes.

Los altercados se han extendido a la próxima localidad de Boscoreale, donde algunos vecinos, armados con bastones, rompieron cristales de negocios y quemaron una bandera italiana y cinco camiones de basura cuyos conductores habían sido obligados a abandonar los vehículos.

Aunque la «guerra de la basura» alcanza ahora su punto culminante, hace ya varios días que un millar de habitantes de Terzigno, sobre todo mujeres y niños, se concentran delante del basurero de la localidad para protestar por su existencia y ante la posibilidad de que se abra en la zona otro más. Los residentes aseguran que el vertedero está causando problemas de salud, que se agravarían con uno nuevo. De llevarse a cabo, la instalación sería la mayor de Europa.