El presidente egipcio, Hosni Mubarak, ha renunciado a su puesto y entregará el poder a las Fuerzas Armadas, anunció hoy el vicepresidente Omar Suleimán.

Suleimán, en una declaración por la televisión pública, dijo que la decisión fue adoptada "por las difíciles circunstancias que atraviesa el país".

El anuncio fue recibido con gritos de júbilo en la plaza cairota de Tahrir, centro neurálgico de las protestas de las últimas semanas.

Mubarak se trasladó hoy a la localidad de Sharm el Sheij, en la península del Sinaí, confirmaron a Efe fuentes de la Presidencia.

Las fuentes dijeron que el gobernante viajó allí en un helicóptero militar que despegó de El Cairo poco antes de las oraciones del mediodía.

Según la edición digital del diario gubernamental Al Ahram, citando fuentes próximas a las Fuerzas Armadas, Mubarak se mantuvo en una base militar durante las últimas 48 horas para garantizar su seguridad.

Al Ahram asegura que "debido a la situación en la capital ha sido imposible para el presidente trasladarse con seguridad con su comitiva habitual".

Júbilo en El Cairo

Los cientos de miles de egipcios congregados desde hace 18 días en la plaza Tahrir, en el centro de El Cairo, han recibido con gritos de júbilo el anuncio de que Mubarak ha dimitido.

Después de la decepción que provocó ayer el mensaje de Mubarak, que dijo que se mantenía en el cargo pero cedía sus poderes al vicepresidente, Omar Suleiman, el anuncio que acaba de hacer éste último ha colmado de felicidad a los egipcios.

A lo largo del día, miles de personas se habían concentrado también frente al palacio presidencial y a la sede de la televisión estatal en El Cairo, insistiendo en su petición de que Mubarak dimitiera. También ha habido protestas multitudinarias en Alejandría, la segunda ciudad del país, y en otros puntos del país.