Bruselas / Tokio, Agencias

El comisario de Energía de la UE, Günther Oettinger, calificó ayer de «apocalipsis» el accidente en la central nuclear de Fukushima y aseguró que «casi todo está fuera de control» en esa planta. El comisario se declaró «muy preocupado» por lo que está ocurriendo en las últimas horas en la central. «Espero que no ocurra lo peor, pero no podemos excluir que ocurra lo peor en las próximas horas y días», avisó el comisario de Energía en una comparecencia ante la comisión de Energía de la Eurocámara, que decidió someter a las centrales nucleares europeas a pruebas de resistencia voluntarias para evitar crisis como la japonesa. Oettinger insistió en que, aunque Japón cuenta con «excelentes ingenieros» y «tecnología punta», ya no puede garantizar el control y la seguridad operativa de la central.

La situación preocupa a los expertos. El radiobiólogo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Eduard Rodríguez-Farré aseguró que el accidente está siendo como «un Chernobil a cámara lenta». «Cada día está explotando un reactor, y aunque se diga que se está conteniendo, la situación va a peor y hay muchos que aseguran que está descontrolada; el temor es de un accidente grave, lento pero que va en aumento y en el que ya se está diseminando radiactividad», argumentó.

Mientras tanto, continúa el lento recuento de víctimas. Las autoridades japonesas aumentaron a 3.372 los fallecidos y a 6.746 los desaparecidos. Del total de fallecidos confirmados, algo más de mil han sido identificados y unos 400 cuerpos han sido entregados a sus familias. Sin embargo, se cree que la cifra final puede ser mucho mayor. Todavía no se sabe nada sobre unos 7.500 residentes de Minamisanriku, Un total de 2.000 vecinos han sido localizados con vida, por lo que hay esperanzas. En la costa de esa misma provincia se han hallado unos 2.000 cadáveres, y otros 200 o 300 cuerpos fueron localizados en su capital, Sendai.

Tampoco se conoce el paradero de 8.000 residentes del pueblo costero de Otsuchi. El Gobierno sitúa en 25.000 los rescatados, mientras crecen los problemas de abastecimiento. Más de medio millón de evacuados vive ahora en unos 2.500 refugios temporales, muchos sin agua potable ni electricidad.

La amenaza nuclear está desatando el pánico entre los japoneses, que se han lanzado a acaparar alimentos y otros enseres. Faltan alimentos básico, como el pan y el arroz, y también los congelados. Además, se están agotando las pilas y los hornillos, comprados masivamente ante el temor de que se interrumpa el suministro de electricidad, escasea la gasolina y se han iniciado cortes de electricidad.