Madrid / Argel, Agencias

El régimen de Muamar el Gadafi justifica la detención e ingreso del fotógrafo asturiano Manu Brabo en una cárcel de Trípoli por el hecho de que el reportero gráfico entró en el país sin visado, según comunicaron las autoridades libias a las españolas, informaron ayer fuentes diplomáticas.

El Gobierno español ha tratado de convencer al régimen de Gadafi, hasta ahora sin éxito, de que, siendo ése el caso, lo lógico es que expulse del país a Brabo, pero no que le mantenga retenido en un centro de detención.

Además, el diplomático español enviado a Trípoli para ocuparse de este caso, Diego Ruiz, intenta convencer a las autoridades libias de que le permitan visitar al fotoperiodista gijonés en la cárcel, al objeto de hacerle llegar artículos de primera necesidad.

El pasado sábado, Brabo se puso en contacto por primera vez con su familia desde su detención, el pasado 5 de abril, y confirmó que se encuentra «bien», pero retenido en una prisión militar junto a periodistas de diversos medios. Según el padre del fotógrafo, Manuel Varela, Brabo negó haber sufrido «malos tratos o cualquier otro problema».

Entre tanto, los rebeldes informaron ayer de que los gadafistas han lanzado una nueva ofensiva para tratar de controlar el puerto de la ciudad de Misrata, lo que ha derivado en nuevos combates que han causado la muerte de al menos tres personas.

Poco antes, los sublevados habían explicado que «las tropas de Gadafi aún están posicionadas a las afueras» de Misrata, pese a que la semana pasada anunciaron que se retiraban de la ciudad.

Por su parte, la televisión estatal acusó el lunes por la noche a los «cruzados», como llama a los países que intervienen en el operativo de la OTAN, de bombardear enclaves civiles y militares en la localidad de Bir al Ghanam, unos 100 kilómetros al sur de Trípoli, y la zona de Ayn Zara de la capital. Dichos ataques provocaron, según esta versión, varias víctimas.

Además, denunció que buques extranjeros han dañado un cable frente a la costa y han interrumpido el servicio de comunicaciones en Sirte, ciudad natal de Gadafi, así como en los enclaves petrolíferos de Ras Lanuf y Brega. En esta última ciudad, los gadafistas han reforzado sus posiciones y atrincherado sus baterías de misiles para ocultarlas de la aviación aliada.

Desde Cartagena zarpó ayer el submarino español «Mistral» con destino a Libia para evitar la entrada de armas y de mercenarios en este territorio, relevando así al «Tramontana» que desde el pasado 26 de marzo se encuentra en la zona.

De su lado, los países de la Alianza Atlántica están estudiando la posibilidad de reforzar sus contactos con los rebeldes libios nombrando a un representante político en la ciudad de Bengasi, el principal bastión de la oposición a Muamar el Gadafi, según anunció ayer a «Efe» la portavoz de la OTAN Carmen Romero.

Además, la Alianza dijo que Gadafi no era el objetivo del ataque del lunes contra el complejo residencial del dictador en Trípoli.