Veinte heridos y unos cien detenidos es el resultado de los disturbios registrados en Belgrado al final de una manifestación contra la captura e inminente extradición del genocida Ratko Mladic. Más de diez mil nacionalistas secundaron en el centro de la capital la protesta convocada por el Partido Radical Serbio.

La violencia se desató cuando decenas de encapuchados, incluidos varios menores, atacaron con petardos, bengalas y piedras a los 3.000 policías desplegados. La mitad de los heridos son agentes. Los nacionalistas se echaron a la calle prácticamente en todas las ciudades serbias, e incluso cerca de Srebrenica, contra la pretensión del Gobierno de extraditar en las próximas horas al criminal de guerra para que responda de sus actos ante el Tribunal Internacional de La Haya.

Su traslado a Holanda sólo se hará público después de haberse realizado y una vez que la justicia serbia rechace el recurso del abogado de Mladic: Las autoridades están estudiando si le permite previamente visitar la tumba de su hija Ana, que se suicidó en 1994 con la pistola de su padre, horrorizada por los crímenes de éste. Capturado el jueves, Mladic estuvo refugiado en un monasterio en 2006.

Darko Mladic, hijo del ex general, que participó en la manifestación de Belgrado, dijo que su padre le aseguró que «no tuvo nada que ver con lo que quiera que haya sucedido en Srebrenica», escenario del exterminio de 8.000 varones musulmanes bosnios de más de 12 años de edad. «Estamos aquí para demostrar a estos traidores cómo los verdaderos serbios defienden a un héroe serbio», dijo el manifestante Jovica Pesic, de 22 años.