Si hay una figura en la que confíe el presidente Bachar al Asad, ésa es Asma Fawaz al Akhras, su joven y educada esposa. Una figura respetada dentro y fuera del país, con una imponente formación académica a sus espaldas: posee las licenciaturas en Economía, Matemáticas, Informática y Filología Francesa. Asma, nacida en Londres hace 35 años, tiene sus raíces en una familia originaria de la ciudad de Homs. Su padre, Fawaz Akhras, es un afamado cardiólogo que ha ejercido en varios hospitales británicos.

Asma se casó con el presidente sirio en 2000, el mismo año en que falleció el patriarca del clan, Hafez, y en el que Bachar asumió el poder.

La bella esposa de Bachar se había forjado previamente una exitosa carrera como inversora bancaria. Entre otras firmas, Asma trabajó para el Deutsche Bank y en el banco de inversiones de J. P. Morgan.

Como primera dama, sin embargo, no ha ejercido de «broker» ni nada parecido, sino que se vinculó desde el primer día a varias ONG en las que se ha granjeado una imagen de mujer que se interesada por los desfavorecidos. Aunque a menudo se la haya fotografiado vistiendo algunos modelos de las firmas más exclusivas del mundo, Asma es una mujer mucho más discreta que, por ejemplo, la reina Rania de Jordania. Madre de tres hijos, tanto la prensa regional como la británica la califican como una mujer discreta, poco dada a las exhibiciones de lujo, y a quien le gusta presumir de una vida hogareña y gustos sencillos. Se trata, sin lugar a dudas, de la imagen más positiva del clan, en el que, en ocasiones, ha provocado más de una envidia.