Bruselas / Oviedo,

Mario VILLAR / E. FUENTES

La UE aprobó ayer, en la estela de EE UU, una batería de duras sanciones contra Irán, incluido un embargo sobre su petróleo, en un intento de estrangular la financiación del programa nuclear de Teherán, que los 27 juzgan orientado a fabricar bombas atómicas. «Estas decisiones apuntan a las fuentes de financiación del programa nuclear», afirmaron los ministros europeos de Exteriores en un comunicado. EE UU aplaudió la decisión europea, que calificó de «potente paso».

El primer ministro británico, David Cameron; la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, advirtieron de que no tolerarán que Irán se dote de «armamento nuclear» y prometieron «medidas fuertes» si Teherán no vuelve a la mesa de negociaciones.

El embargo se completará con nuevas sanciones financieras, como el bloqueo de activos en Europa del banco central iraní y la prohibición parcial de transacciones con esa institución. El carácter parcial pretende permitir «el comercio legal» y el pago de deudas iraníes pendientes.

Las medidas de la UE son respuesta al último informe de la Agencia Atómica (AIEA), que disparó las sospechas de que Teherán busca armas nucleares. La decisión fue acogida con un alza del 0,65% del petróleo Brent, de referencia en Europa, y del 1,27% del Texas, de referencia en EE UU. El precio del crudo llevaba cuatro días sin subir.

El embargo tiene el efecto inmediato de prohibir nuevos contratos, mientras que da hasta el 1 de julio para liquidar los ya firmados. Además veta tanto la exportación a Irán de equipos para la industria petrolera como cualquier nueva inversión en compañías iraníes del sector.

En el conjunto de la UE, el crudo iraní representa sólo un 5% de las importaciones petroleras. Sin embargo, el acuerdo ha sido complejo y sólo pudo alcanzarse después de que accediese Grecia, a quien Irán vende crudo sin pedirle garantías financieras adicionales, pese a su bancarrota. La Unión ha garantizado a Atenas que buscará proveedores que ofrezcan términos similares.

Junto a Grecia, los grandes afectados por la medida serán Italia, que compra alrededor de un 13% de su petróleo a Irán, y España, que ronda el 20%. Sin embargo, el ministro de Exteriores italiano, Giulio Terzi, aseguró que el embargo afectará a la economía italiana de modo «irrelevante». Su homólogo español, José Manuel García-Margallo, subrayó por el contrario que «España es uno de los países que más se van a sacrificar» (ver información adjunta).

El embargo de la UE debería hacer mella en Irán, pues alrededor de un 20% de su producción de petróleo se destina a Europa y el crudo es una de sus grandes vías de ingresos, aunque el grueso de sus exportaciones va a Asia.

Irán, que la pasada semana había rebajado sus amenazas y había dejado entrever su disposición a volver al diálogo, respondió de inmediato al embargo. Su ex ministro de Inteligencia Ali Falahian propuso frenar las exportaciones de petróleo a la UE antes de julio, para así desestabilizar las finanzas europeas.

El viceministro de Exteriores, Abbas Aragchi, restó importancia a las sanciones, que calificó de «inútiles», y auguró que sólo servirán para causar «más complicaciones» a las «paralizadas» economías europeas. El ex ministro de Petróleo Kazem Vaziri Hamane resaltó que los grandes consumidores de petróleo iraní son Corea del Sur, China, Japón e India, ajenos al boicot pese a las presiones de EE UU.

En paralelo, el vicepresidente de la Comisión de Seguridad Nacional del Parlamento, Mohamed Kousari, volvió a amenazar con un cierre del estrecho de Ormuz, por el que transita el 20% del petróleo mundial y el 40% del de Oriente Medio.

Kousari anunció que la respuesta a las sanciones llegará el 11 de febrero y apostó que «Estados Unidos y sus aliados no serán capaces» de reabrir Ormuz. Kousari agregó que «si EE UU responde al cierre de Ormuz, Irán en el mínimo tiempo posible desestabilizará el mundo a los estadounidenses y todos los militares serán obligados a abandonar Oriente Medio».

El embajador de EE UU ante la OTAN, Ivo Daalder, advirtió de que Ormuz permanecerá abierto a la navegación internacional pese a las amenazas iraníes, aunque no precisó cuánto tiempo se necesitaría para reabrirlo.

Desde fuera de la UE, Rusia expresó «pesar y alarma» por unas sanciones que considera «un profundo error». Moscú cree que «bajo esta presión, Irán no aceptará ninguna concesión ni variará su política» nuclear.