La Comisión Europea (CE) considera que los implantes mamarios fabricados por la empresa francesa PIP "no parecen suponer un riesgo más elevado" para la salud que otros implantes, según dijo hoy un portavoz comunitario, quien no obstante destacó la necesidad de "evaluar individualmente cada caso".

El portavoz de Sanidad y Consumo, Fréderic Vincent, resumió los resultados del informe del grupo de expertos sanitarios de la UE, que señala que los datos médicos disponibles hasta la fecha "son insuficientes para sacar conclusiones firmes sobre el riesgo para la salud para las mujeres con implantes PIP".

El informe sí reconoce "ciertas preocupaciones sobre la posibilidad de inflamación" por la ruptura de los implantes, y recomienda que "cada caso sea evaluado de forma individual", según un comunicado del Ejecutivo comunitario.

Los expertos del Comité Científico de la UE Nuevos Riesgos para la Salud (SCENIHR, de sus siglas en inglés) "han tenido que trabajar muy rápido y con datos muy difíciles de analizar", dijo Vincent en rueda de prensa, y añadió que dicho grupo "seguirá investigando para analizar la situación con mayor profundidad".

La principal conclusión del informe presentado hoy es "que no parece haber un riesgo sanitario más elevado para los pacientes portadores de estos implantes (los fabricados por PIP) que para los de otros tipos de prótesis", destacó el portavoz.

El mayor problema detectado por los expertos es "el riesgo de rotura del lote de los implantes con el paso de los años", afirmó Vincent.

No obstante, los expertos no han podido determinar si dichos implantes "son más propensos a fallar que los de otros fabricantes", debido a que las prótesis de PIP "varían de forma considerable en su composición, y por ello su rendimiento y características pueden variar sustancialmente".

La decisión final sobre la retirada masiva de los implantes corresponde a cada Estado miembro, recordó el portavoz, quien también indicó que hasta ahora cinco países de la UE -Francia, Alemania, República Checa, Holanda y Bélgica- han recomendado extraerse los implantes PIP a todas las portadoras de los mismos.

Mientras, otros países como España o Reino Unido sólo consideran necesario extraerlas si se han producido fugas, aunque sí aconsejan a todas las portadoras someterse a revisiones exhaustivas.

La CE, el comité de expertos y las autoridades sanitarias de los Veintisiete mantendrán conversaciones telefónicas esta tarde para "discutir el seguimiento de la situación", según Vincent.

Asimismo, Bruselas debatirá con los Estados miembros sobre cómo mejorar la vigilancia de los dispositivos médicos dentro del actual marco normativo, y también contempla revisar la legislación vigente para reforzar los controles.

Entre las posibles mejoras que están sobre la mesa, la CE propone llevar a cabo "inspecciones sorpresa" a los fabricantes o tomar un mayor número de muestras sobre los productos que ya hay en el mercado.

La CE decidió iniciar una investigación debido a la tasa "inusualmente alta" de rotura de los implantes de PIP, empresa que hizo un uso fraudulento de silicona industrial para fines médicos.

El producto fue retirado del mercado europeo en 2010, pero para entonces un número importante de estas prótesis ya había sido implantado a pacientes europeas.

Los implantes tuvieron una mayor distribución en Reino Unido, donde hay unas 40.000 mujeres afectadas, Francia (30.000 pacientes), España (10.000) y Alemania (7.500), según datos de la Comisión.