Oviedo / Bangkok,

L. MUÑIZ / Agencias

Israel volvió a acusar ayer a Irán de ser el «mayor exportador de terrorismo del mundo», en una estrategia que le sirve para cargarse de razones ante un hipotético ataque contra el régimen de los ayatolás. Una opción que la comunidad internacional -pero, sobre todo, EE UU y la UE- intenta evitar reforzando las sanciones para obligar a Teherán a abandonar su programa de enriquecimiento de uranio.

Un día después de que el Estado judío culpara a Irán de los atentados contra sus embajadas en India y Georgia, el ministro de Defensa, Ehud Barak, acusó al país persa de un ataque frustrado en Bangkok que no causó víctimas, aunque dejó sin piernas al terrorista, al que un artefacto le explotó encima.

La televisión y la Policía tailandesas identificaron al atacante como el iraní Saeib Morabi, pero ninguna otra fuente confirmó que el terrorista tuviera pasaporte de Teherán, y tampoco se sabe si su objetivo era la legación diplomática israelí en la capital de Tailandia, algo que sí quedó claro en el caso de los ataques del lunes en Nueva Delhi y Tiflis, el segundo de los cuales resultó fallido.

No obstante, las autoridades hebreas no perdieron el tiempo. «El atentado de Tailandia prueba una vez más que Irán y sus aliados siguen operando con métodos terroristas», dijo Barak, de visita en Singapur, en un comunicado. A lo que añadió que tanto Irán como su protegido, el grupo chií libanés Hezbola, son «elementos terroristas implacables» que suponen «un peligro para la estabilidad de la región y el mundo», informa «Europa Press».

Según el relato ofrecido por la Policía de Bangkok, el atacante arrojó primero una granada a un taxi que intentó alquilar y luego, al verse perseguido por agentes del orden, lanzó otro artefacto, pero se le escapó de las manos y estalló destrozándole las dos piernas. Otras cuatro personas resultaron con heridas leves en ambas explosiones, informa «Efe».

La portavoz del Gobierno tailandés, Thitima Chaisaeng, informó del hallazgo de explosivos y detonadores en el apartamento que Morabi compartía con otros dos iraníes en el barrio de Ekkamai, donde antes se había registrado otra detonación. La Policía también confirmó la detención de otro iraní en el aeropuerto, desde donde iba a volar a Malasia. Según el diario local «The Nation», se trata de Mohammad Hazaei, que habría llegado a Tailandia el mismo día que Morabi.

Irán negó el lunes toda relación con los atentados en Nueva Delhi y Tiflis; de hecho, acusó a Israel de atacar sus propias embajadas para poder acusar a Teherán de prácticas terroristas e ir ganando apoyos para justificar una acción bélica contra sus plantas nucleares.

La revista «Newsweek», citando fuentes gubernamentales, sostiene que Israel podría estar ocultado al amigo estadounidense sus planes para atacar Irán. Según el semanario, Tel Aviv habría tomado esta decisión después de la visita que hizo a Washington el jefe del Mosad, Tamir Pardo, para «pulsar» qué reacción tendría el Gobierno de Barack Obama en caso de que Israel decidiera atacar las instalaciones nucleares iraníes de forma unilateral.

La relación entre EE UU e Israel atraviesa su peor momento en varias décadas y el Estado judío no ve con buenos ojos la «moderación» de Obama, para quien el ataque es el último recurso. Según la revista, en este contexto Israel rechazaría incluso la «obligación» de informar a Washington de sus movimientos.