Londres, Patricia RODRÍGUEZ

En un apasionado discurso en favor de la unidad del país, el primer ministro británico, David Cameron, ofreció ayer en Edimburgo más autonomía a Escocia si los escoceses rechazan en referéndum la opción de la independencia.

Cameron se reunió con el ministro principal escocés, Alex Salmond, por primera vez desde que el dirigente independentista desgranara el pasado 15 de enero su plan para celebrar un referéndum en otoño de 2014 sobre la independencia de Escocia, que forma parte del Reino Unido desde 1707 a través del Acta de Unión. El encuentro se saldó sin cambios reseñables en las posturas respectivas.

Antes del encuentro, Cameron optó por un tono constructivo para defender con vehemencia las ventajas «prácticas» de mantener el país unido, en un discurso marcado por el patriotismo. El político conservador subrayó que su «absoluta prioridad» es mantener intacto el Reino Unido, pero suavizó notablemente su postura inicial al mostrarse dispuesto a ceder mayores competencias a Escocia si sus ciudadanos rechazan la independencia, si bien no desveló cuáles serían esos poderes.

Cameron es partidario de que el plebiscito de independencia que impulsa Salmond se celebre el próximo año, en lugar de en 2014 como pretende el escocés, para evitar una incertidumbre que, argumenta, dañaría a la economía de Escocia.

Salmond, por su parte, quiere retrasarlo para tratar de que gane adeptos su propuesta de independencia, que actualmente defiende alrededor del 40 por ciento de los escoceses, según las encuestas.

Durante su encuentro, Salmond pidió a Cameron que precise su oferta de mayores poderes para Escocia, así como un calendario concreto y detallado. «El primer ministro está diciendo por primera vez que hay otra opción sobre la mesa. Lo que le he dicho es que, si es así, tenemos que saber cuál será», afirmó Salmond.

El líder del Partido Nacionalista Escocés (SNP), con mayoría absoluta en el Parlamento autónomo desde mayo de 2011, reconoció que el principal «escollo» en el proceso del referéndum continúa siendo si se deben incluir una o dos preguntas a los ciudadanos. Mientras el Ejecutivo británico es partidario de que los escoceses respondan tan sólo a la cuestión de si quieren que Escocia continúe dentro del Reino Unido, Salmond, quien sostiene que una Escocia independiente es viable económicamente», defiende una opción «más abierta» a los ciudadanos.

Cameron consideró necesario plantear «una pregunta directa y simple, y justa y legal, a los escoceses», y hacerlo «en el momento adecuado». Ello, dijo, «implica formular la pregunta clara: ¿Queréis permanecer en el Reino Unido?, y espero que eso sea lo que voten los ciudadanos, o ¿Queréis abandonar el Reino Unido?». «Lo que estoy ofreciendo es que, si la respuesta a la pregunta es que Escocia quiere permanecer dentro del Reino Unido, entonces habrá otras opciones de "devolución" (entrega de competencias) sobre la mesa», agregó.

Cameron sostuvo que es bueno preguntarse de qué forma un país unido puede funcionar mejor. «¿Hay poderes que pueden ser devueltos? ¿Cómo podemos hacer para que el Reino Unido trabaje mejor?», declaró el «premier», quien considera que su país es ahora «más fuerte, más seguro, más rico y más justo».