Berlín, Efe

El presidente de Alemania, Christian Wulff, que tomó posesión de su cargo hace menos de dos años, se ha visto obligado ante las presiones de partidos, medios de comunicación y la ciudadanía a abandonar la Jefatura del Estado, tras un escándalo de corrupción y tráfico de influencias. La situación se hizo ya insostenible después de que la fiscalía de Hannover solicitara el jueves al Parlamento alemán que levantase la inmunidad al político cristianodemócrata (CDU), para posibilitar una investigación contra él.

Wulff, una apuesta personal de la canciller Merkel, es el segundo presidente que pierde en dos años, aunque el anterior, Horst Köhler, lo hizo por unas declaraciones sobre Afganistán.

El escándalo saltó hace dos meses a raíz de unas informaciones publicadas por el diario «Bild» según las cuales Wulff mintió ante el Parlamento regional de Baja Sajonia, cuando presidía ese Estado federado, en relación a sus vínculos con un empresario, del que habría aceptado un crédito privado muy ventajoso para la compra de una casa.

A pesar de pedir disculpas por no haber mencionado el crédito en cuestión al ser preguntado por ello en 2008, el presidente no logró calmar los ánimos de la opinión pública y, por el contrario, aparecieron nuevas sospechas y acusaciones.

Éstas apuntaron posteriormente al disfrute por parte de Wulff y su familia de vacaciones en Italia, España y EE UU por invitación de diversos empresarios amigos, así como la adquisición de vehículos para su uso privado en condiciones sospechosamente favorables.

En los dos meses transcurridos desde que saltara la polémica, la canciller ha demostrado en más de una ocasión su respaldo y aprecio personal a Wulff, que llegó a la Presidencia en junio de 2010 a propuesta de la jefa del Gobierno.

Aunque fue nombrado candidato de la coalición gubernamental -cristianodemócratas, socialcristianos bávaros y liberales- a la Presidencia de Alemania, Wulff tuvo que pasar tres votaciones hasta convertirse en presidente, lo cual dejó de manifiesto las discrepancias entre estas formaciones sobre su persona, además del rechazo que le prodigó la oposición.

Pese a todo, Wulff, nacido en 1959, se convirtió en el presidente más joven de la historia de la República Federal de Alemania y fue el segundo católico en asumir la Jefatura del Estado, después de Heinrich Lübke.

Wulff nació en Osnabrück, Baja Sajonia, y se formó como jurista. Ingresó en las filas de la CDU en 1975 y desempeñó el cargo de primer ministro de Baja Sajonia entre 2003 y 2010, en coalición con el Partido Liberal. Antes de llegar a ese puesto, encajó dos derrotas seguidas en el Estado ante el socialdemócrata Gerhard Schröder, jefe del Gobierno de Baja Sajonia desde 1990 a 1998, año en que arrebató la Cancillería federal a Helmut Kohl. Está casado en segundas nupcias y tiene un hijo de cada matrimonio.