Nicolas Sarkozy aseguró ayer que Francia ha escapado a una «catástrofe» económica y articuló un discurso centrado en la unidad de los franceses, durante su primer gran mitin de campaña para su reelección como presidente, celebrado en Marsella.

«No pretendo decir que hemos tenido éxito, pero hemos escapado a una catástrofe», dijo Sarkozy en su alocución, en la que señaló que no quiere ser «el candidato de una pequeña élite contra el pueblo». El candidato conservador, que aspira a un segundo mandato, evocó valores como el trabajo, la responsabilidad y la autoridad, que le llevaron al Elíseo en 2007 y sobre los que hacer girar su campaña.

Sarkozy defendió en Marsella su gestión tras la «tormenta» económica y financiera «más grave y peligrosa que el mundo ha conocido desde los años treinta». «Los que dicen que no ha pasado nada grave, mienten», dijo el candidato de la UMP.

Sarkozy utilizó su lema «Francia fuerte», llamó al encuentro de «una sola y única nación» en las urnas y criticó las derivas de una parte de las élites» que «no han estado a la altura, concediéndose remuneraciones que desafían al sentido común». «Si un solo francés duda de lo que acabo de decir» que pregunte a «los obreros griegos», a los «pensionistas italianos», a los «funcionarios portugueses» o a «los desempleados españoles, que tienen menos posibilidades de encontrar un trabajo porque el paro es tres veces más alto que en Francia», prosiguió. Sarkozy ha recortado ligeramente su desventaja respecto socialista François Hollande, y lograría un 26 por ciento en la primera vuelta, aunque perdería en la segunda, el 6 de mayo.