Saná, Agencias

Las costuras de Yemen, al que muchos consideran un Estado fallido nacido de la difícil suma de dos países (el del Norte y el del Sur), volvieron a saltar ayer con motivo de las elecciones. En ellas el vicepresidente y jefe de Estado en funciones, Abdo Rabo Mansur Hadi, buscó la confirmación en la Presidencia como primer paso para abrir el proceso hacia la democracia tutelado por Estados Unidos, que debe poner fin a más de treinta años de dictadura y dar una salida a las revueltas suscitadas por la primavera árabe.

Las elecciones se celebraran entre notables episodios de violencia en el Sur (secesionista), que se cobraron la vida de al menos nueve personas. Las calles de Adén (principal ciudad del Sur y antigua capital del extinto Yemen del Sur) estaban casi desiertas y se podían oír disparos de forma intermitente. Jóvenes con la cara tapada y armados con fusiles y metralletas patrullaban las calles, impidiendo que la gente llegase hasta los colegios electorales.

Individuos armados atacaron centros de votación en Jor Maksar, Mansoura y Maala, en las inmediaciones de Adén, causando la muerte de un soldado, según la población local. También robaron urnas de votación y las quemaron en la calle.

Abdulhamid Shokri, uno de los líderes del secesionista Movimiento del Sur, afirmó que por la mañana murieron cuatro civiles, entre ellos un niño, en Adén como consecuencia de los enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y personas que rechazan las elecciones presidenciales.

En el resto del país, la situación era bien distinta, con tranquilidad y notable afluencia a las urnas. La Comisión Superior Electoral, que organiza los comicios, señaló que la normalidad imperó en 292 circunscripciones electorales, del total de 301, y que las informaciones preliminares indican que la participación fue «más que excelente».

Los comicios de ayer son el resultado del plan de transición auspiciado por el Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), firmado por Saleh el pasado noviembre, para poner fin a la revuelta contra el régimen que estalló en enero del año pasado.

Este acuerdo estipuló que Hadi, de 66 años, fuera el único candidato a las elecciones y liderará un período de transición de dos años durante el que se deberá modificar la Constitución y celebrar elecciones generales para elegir un nuevo Parlamento y jefe de Estado.

El Gobierno de EE UU se mostró «alentado» por los comicios presidenciales, aunque recordó que se trata «sólo del principio» de un proceso de transición que debe llegar a la celebración de elecciones multipartidistas. El asesor de antiterrorismo de la Casa Blanca, John Brennan, afirmó en una entrevista con «The Washington Post» que EE UU aumentará la ayuda a Yemen si su nuevo Gobierno reestructura sus fuerzas militares, frena la corrupción y pone en práctica las reformas electorales previstas en el plan de transición del CCG.