Washington / Seúl

El Gobierno estadounidense confirmó ayer que Corea del Norte se ha comprometido a aplicar una moratoria al lanzamiento de misiles de largo alcance y a las pruebas y actividades nucleares, incluido el enriquecimiento de uranio. Además, Corea del Norte también acepta el ingreso de inspectores de la Agencia Atómica (AIEA) en el país para que supervisen la moratoria, detalló el Departamento de Estado en un comunicado.

Un despacho de la agencia estatal norcoreana «KCNA» indicó que el acuerdo se alcanzó durante la reunión mantenida la semana pasada entre representantes de EE UU y Corea del Norte en Pekín, en la que EE UU se comprometió a ofrecer 240.000 toneladas de ayuda alimentaria a Pyongyang. La reunión fue la primera bilateral tras la muerte el pasado 17 de diciembre del líder norcoreano Kim Jong-il, sucedido por su hijo menor, Kim Jong-un.

La agencia oficial norcoreana, que citó a un portavoz del Ministerio de Exteriores, detalló que Washington se ha comprometido a ofrecer esas toneladas de alimentos «con perspectivas de asistencia alimentaria adicional» y que los dos países concluirán los detalles del acuerdo «en un futuro inmediato».

Los días 23 y 24 de febrero el enviado especial de EE UU para Corea del Norte, Glyn Davies, se vio en Pekín con el primer viceministro de Exteriores norcoreano, Kim Kye Gwan, para tratar de reanudar el diálogo a seis bandas para la desnuclearización de Corea del Norte.

Este diálogo multilateral, en el que participaban las dos Coreas, China, Japón, Rusia y EE UU, buscaba inicialmente un pacto de desarme a cambio de ayuda energética, financiera y reconocimiento político, pero las conversaciones se estancaron a finales de 2008 sin que hasta hoy se haya logrado su reanudación. En abril de 2009, Corea del Norte rompió su colaboración con la AIEA y expulsó a los inspectores internacionales que vigilaban la actividad del reactor de Yongbyon.

Según la «KCNA», durante la reunión de Pekín el representante estadounidense dejó claro que las sanciones actualmente en vigor contra Corea del Norte por sus pruebas nucleares y lanzamientos de misiles de largo alcance «no están dirigidas al sector civil».

El director general de la Agencia Atómica, Yukiya Amano, calificó de «importante paso hacia adelante» el anuncio de Corea del Norte. Tras recordar que la AIEA tiene «un papel esencial que desempeñar en la verificación del programa nuclear» norcoreano, Amano manifestó que, «a la espera de más detalles», la agencia está «dispuesta a regresar a Yongbyon para realizar actividades de observación a petición y con el consentimiento de la Junta de Gobernadores» de la misma.

La Casa Blanca pidió «acciones» a Corea del Norte tras el paso «positivo» que supone el acuerdo. Para el Gobierno del presidente Obama el acuerdo con Pyongyang «es un primer paso positivo hacia la desnuclearización completa y verificable de la península coreana de manera pacífica», según el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney.

Carney calificó como una «señal positiva» el hecho de que, en «un período relativamente corto» de tiempo tras la muerte de Kim Jong-il, Corea «decidiera volver a comprometerse con Estados Unidos en los debates de fondo y dar algunos pasos iniciales positivos».

La secretaria de Estado de EE UU, Hillary Clinton, celebró el compromiso norcoreano. «El anuncio representa un modesto primer paso en la dirección correcta», dijo la secretaria de Estado. Clinton añadió que EE UU tiene aún «profundas preocupaciones» sobre el comportamiento de Pyongyang. «Por supuesto, seguiremos observando de cerca a Corea del Norte y juzgando a sus nuevos líderes por sus acciones», manifestó la jefa de la diplomacia de EE UU.

Clinton recordó que cuando Kim Jong-il falleció, ella expresó su esperanza en que la nueva jefatura «eligiera liderar a su país hacia el camino a la paz y estar a la altura de sus obligaciones».