Oviedo / Washington,

L. MUÑIZ / Agencias

Mitt Romney logró el martes un triunfo muy ajustado en las primarias de Michigan y una más que holgada victoria, casi un paseo, en las de Arizona. De esta forma, el ex gobernador de Massachusetts recupera la iniciativa y la condición de favorito en la carrera por la nominación republicana y frena el impulso cogido en las últimas semanas por su más directo rival, el ex senador por Pensilvania Rick Santorum.

En Michigan, donde nació y fue gobernador su padre, Romney sólo consiguió imponerse por un estrecho margen de tres puntos (el 41% de los votos, frente al 38% de Santorum), y ello después de invertir abundante dinero y esfuerzo. La victoria en este Estado es más moral que numérica, porque Romney sólo se lleva dos delegados más que Santorum, que sacó 11.

En cambio, en Arizona, el ex gobernador obtuvo el 48% de los votos y el ex senador, el 26%. Aquí, todos los delegados (29) han sido para Romney, que, con seis victorias ya en su haber, acumula un total de 157, por 58 de Santorum, según los datos que maneja la CBS.

Así las cosas, Romney no perdió tiempo y ayer mismo se lanzó a hacer campaña en Ohio, uno de los diez Estados que celebran primarias o «caucus» el próximo día 6, el «supermartes», y en el que las encuestas dan a Santorum más de 11 puntos de ventaja. En el «supermartes» están en juego 437 delegados, una cifra importante, ya que un precandidato debe hacerse con al menos 1.144 delegados para garantizarse la nominación en la convención de agosto en Florida.

Mientras, el presidente y candidato a la reelección, Barack Obama, se permitió el martes una declaración triunfalista, precisamente en Detroit (Michigan), donde, en una visita a una fábrica de coches, dijo, sentado al volante de un Chevrolet: «Dentro de cinco años, cuando ya no sea presidente, me compraré uno».