El presidente afgano, Hamid Karzai, condenó ayer la matanza de 17 civiles cometida por un soldado norteamericano y la calificó de «acto intencionado para acabar con la vida de seres humanos», según reza un comunicado enviado por su oficina a la prensa. En la nota se precisa que el atacante entró en las casas de las víctimas, que son nueve niños, tres mujeres y cinco hombres. «No lo vamos a olvidar», se advierte en el texto, en el que Karzai exige el fin de «las llamadas operaciones antiterroristas, que desembocan en asesinatos deliberados».

Por su parte, la Casa Blanca mostró su preocupación por el previsible aumento de las tensiones entre Afganistán y Estados Unidos, que podría incitar a represalias violentas, como las habidas recientemente tras la quema de coranes. La Embajada estadounidense en Kabul ha advertido a los ciudadanos norteamericanos de que la masacre puede encender protestas contra EE UU.