Bruselas / París, Efe

La comisaria europea de Interior, Cecilia Malmstrom, advirtió ayer de que el acuerdo de Schengen que regula la «Europa sin fronteras» forma parte del Tratado de la UE y que su suspensión, con la que amenazó el domingo en un mitin el presidente francés, Nicolas Sarkozy, obligaría a modificar ese texto.

Malmstrom declinó hablar sobre las propuestas de Sarkozy argumentando que la Comisión Europea «normalmente no comenta lo que se dice en campaña electoral en un Estado miembro».

Sin embargo, la comisaria recordó que en la actualidad el Consejo y el Parlamento europeos están negociando las propuestas presentadas por Bruselas el pasado mes de septiembre para «reforzar el sistema de evaluación y la confianza» en el «espacio Schengen». Y fueron los estados miembros de la UE, incluida Francia, los que pidieron la revisión de esa normativa, explicó la eurocomisaria.

Sarkozy amenazó con suspender la aplicación en su país de los acuerdos de Schengen que regulan la libre circulación de personas en la UE si no se reforman en profundidad para reforzar el control de las fronteras.

En un mitin de su campaña a las elecciones presidenciales de abril y mayo próximos, en las que es candidato a la reelección pero va muy rezagado en los sondeos, Sarkozy pidió que los acuerdos de Schengen sufran «una reforma similar a la que se ha decidido para el euro».

Y, en un guiño populista con el que intenta robar votos a la ultraderecha, el mandatario aseguró que, si en un año no se han iniciado las conversaciones para reformar los acuerdos de Schengen, Francia los suspenderá de forma unilateral.

Entre tanto, los precandidatos franceses afrontan la última semana para lograr el aval de 500 cargos electos que les permitan concurrir a las presidenciales, obligación que puede excluir a la ultraderechista Marine Le Pen y al ex primer ministro Dominique de Villepin.

Le Pen asegura contar ya con 480 firmas de alcaldes y tiene hasta el próximo viernes a media tarde para encontrar los que le restan. «Si no lo logro, será por tres o cuatro firmas», afirmó la candidata ultraderechista, que recuerda que su padre, candidato tradicional del Frente Nacional (FN), siempre tuvo problemas para reunir el medio millar de apadrinamientos.

La ley electoral francesa fue reformada en 1976 para limitar el número de candidatos a las presidenciales e impuso la barrera de las 500 firmas de cargos electos.