Nueva York / Damasco,

Agencias

El enviado especial de la ONU y la Liga Árabe para Siria, Kofi Annan, mostró ayer ante el Consejo de Seguridad su decepción por las respuestas de Damasco a su mediación en la crisis del país y alertó, en una videoconferencia desde Ginebra, de que hay que tratar el conflicto sirio con mucha cautela para evitar que afecte a toda la región de Oriente Medio. Annan logró que todos los miembros del Consejo, incluidos Rusia y China, mostraran un «apoyo total» a su misión.

«Tendemos a concentrarnos en Siria, pero cualquier cálculo mal hecho que conduzca a una escalada de la violencia con impacto en la región será extremadamente difícil de manejar», dijo Annan en rueda de prensa tras la videoconferencia.

El ex secretario general de la ONU resaltó que el mundo árabe «ha vivido acontecimientos dramáticos», por lo que pidió tiempo. «Cada crisis tiene sus especificidades. Lo que es importante para nosotros es asegurar que la otra parte se compromete seriamente. Creo que mientras las discusiones y las conversaciones sean significativas hay que continuarlas», afirmó.

Annan anunció que ha designado un grupo de trabajo que volverá este fin de semana a Damasco para proseguir las conversaciones y que él mismo regresará «cuando se haya avanzado lo suficiente». El mediador declinó explicar si ha habido avances en algún ámbito tras su entrevista del fin de semana pasado con el presidente sirio, Bachar al Asad, y varios de sus ministros.

«Siria está comprometida con hacer de la misión de Annan un éxito», afirmó a la prensa el embajador sirio ante la ONU, Bashar Jafari, quien señaló que Damasco espera mañana a los enviados de Annan «para iniciar negociaciones bilaterales».

Annan recordó que ha hecho tres peticiones concretas a Asad: acabar con el baño de sangre, establecer conversaciones políticas creíbles y permitir el acceso humanitario al país, aunque no quiso precisar si ha obtenido respuesta a alguna de ellas.

Sobre la legitimidad y eficacia que puede tener la misión de evaluación que la ONU llevará a cabo este fin de semana para determinar las necesidades humanitarias del país, ya que la controlará el Gobierno sirio, Annan afirmó que «es la única opción», porque es Damasco «quien controla el territorio».

Ayer se presentó el borrador de resolución sobre Siria que será votado la próxima semana en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU. La resolución, presentada por la UE y el Grupo Árabe, reitera la condena al régimen de Asad por las masacres cometidas, a las que califica de crímenes contra la Humanidad.

El texto pide que quienes contravengan la ley internacional sean llevados ante la justicia para que asuman sus crímenes, y recuerda el llamamiento de la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, para que el conflicto sirio sea investigado por la Corte Penal Internacional. La resolución hace mención especial al compromiso que los miembros del Consejo mantienen con la «soberanía, independencia y la unidad territorial siria», en un gesto hacia Rusia y China, que ya han vetado dos resoluciones en el Consejo de Seguridad.

Por su parte, los países miembros del Consejo de Cooperación del Golfo -Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudí, Bahréin, Kuwait, Catar y Omán- anunciaron el cierre de sus embajadas en Damasco. Sobre el terreno, tropas del régimen y grupos de rebeldes se enfrentaron en las afueras de Damasco en una nueva jornada de protestas y violencia que dejó al menos 40 muertos, según fuentes opositoras. El Ejército bombardeó zonas de la ciudad de Homs, mientras que se escuchó un intenso tiroteo en la zona de Dir Zur (este). Como todos los viernes, los opositores salieron a las calles contra el régimen en provincias como Deraa, Idleb y Alepo.