El independiente pastor evangélico de 72 años Joachim Gauck, considerado por muchos una autoridad moral, es desde ayer el nuevo presidente de Alemania, tras su elección por la Asamblea Federal con una amplia mayoría del 80 por ciento.

El que fuera un conocido disidente en la ahora extinta República Democrática Alemana (RDA), que usaba su púlpito en la ciudad portuaria de Rostock para luchar por la libertad, obtuvo 991 votos de los 1.228 válidos en la Asamblea Federal (conjunción del Bundestag y las cámaras regionales de los 16 estados federados). Un resultado abrumador frente a los 126 apoyos que consiguió su competidora, la cazanazis Beate Klarsfeld, candidata de la izquierda. La asamblea, en pie, acogió con una gran ovación el anuncio del resultado

El undécimo presidente alemán, el de más edad que llega al cargo, acudió a su elección en el Reichstag como seguro ganador gracias a los avales de sus mentores de la oposición verde y socialdemócrata, pero también de la coalición gobernante de la canciller, Angela Merkel, quien cedió a las presiones para nominar a Gauck, a quien había rechazado en la anterior elección presidencial.

El teólogo luterano sucede en el cargo a quien en junio de 2010 lo derrotó, aunque tras tres votaciones, el entonces candidato de Merkel Christian Wulff, quien dimitió hace un mes envuelto en una trama de corrupción y amiguismo. «Qué domingo más bonito», fueron las primeras palabras de Gauck ante la Asamblea Federal en su primera intervención como presidente, en la que recordó que en esta misma fecha, en 1990, participó en las primeras y únicas «elecciones libres de dictadores» en la extinta RDA tras la caída del muro de Berlín.

Su breve alocución fue un canto a la libertad y la lucha, también a la propia, para alcanzarla, pero igualmente se trató de una primera declaración de intenciones, entre las que subrayó su deseo de acercar a los gobernantes a los ciudadanos y atender a las cuestiones que preocupan a Alemania y Europa. «Con seguridad no cumpliré todas las expectativas, pero puedo prometer que asumo con todas mis fuerzas y todo mi corazón la responsabilidad que se me concede», dijo.