El ministro de Finanzas de Grecia, Evangelos Venizelos, elegido este domingo nuevo líder del socialismo, reconoció los errores cometidos y el malestar de los ciudadanos, pero aseguró que con su victoria comienza "una nueva esperanza".

"Soy consciente de los errores que hemos cometido. Sé cuán enfadada está la gente", ha dicho el nuevo presidente del Movimiento Socialista Panhelénico (Pasok) al proclamar su victoria en las elecciones primarias.

Venizelos tiene previsto presentar mañana su renuncia al cargo para centrarse en la campaña de los comicios que se celebrarán en abril o mayo próximos, en los que las encuestas auguran un verdadero descalabro electoral al Pasok.

El nuevo líder socialista, que ha ocupado hasta seis carteras distintas bajo Gobiernos de ese signo, ha sido el único candidato que logró los avales suficientes para optar a sustituir al exprimer ministro Yorgos Papandréu.

En las primarias de hoy participaron unas 200.000 militantes y simpatizantes del Pasok.

Según los datos hechos públicos por el partido, que aún no ha anunciado oficialmente el triunfo de Venizelos, con el 25 por ciento de las papeletas escrutadas el candidato único habría obtenido el 96,78 por ciento de los apoyos.

"Asumo la responsabilidad de liderar un esfuerzo colectivo sin dejar fuera a nadie", prometió el sustituto de Papandréu al frente de los socialistas griegos.

"(Los electores) han querido enviar un mensaje fuerte de que el PASOK está aquí y que no ha perdido su alma y de que es posible nuestro objetivo de ganar las elecciones, para que el Pasok pueda tener un rol decisivo en el desarrollo de los acontecimientos", añadió.

Pese al rotundo apoyo logrado por Venizelos, la jornada no transcurrió libre de incidentes, pues los ánimos están caldeados incluso dentro del partido.

En Vrilissia, en los alrededores de Atenas, una treintena de personas arrojó yogures a los votantes y en Loutraki, una localidad a 84 kilómetros de la capital griega, otro grupo de personas coreó eslóganes contra el Pasok.

Más graves fueron los incidentes en Ierapetra, en la isla de Creta, donde un grupo de agricultores ocupó un colegio electoral impidiendo durante horas su apertura, y Acaya, donde la organización provincial del partido decidió no abrir uno de sus colegios electorales por miedo a posibles tensiones.

"Es el momento de que los ciudadanos cambien el país. Personalmente, yo he luchado por tener más días soleados y cielos limpios", dijo tras depositar su voto Papandréu, quien cede la batuta a Venizelos pese a ser uno de sus mayores adversarios dentro del partido.

Los sondeos otorgan al Pasok entre el 8 y el 15 por ciento de los votos, un hundimiento en comparación con los resultados de 2009 cuando, de la mano de Papandréu, arrebató el poder a los conservadores de Nueva Democracia (ND) con el 43 por ciento de los sufragios y la mayoría absoluta de los escaños.

En cuanto a ND, le atribuyen una intención de voto entre el 25 y el 30 por ciento, y aunque ganaría, no le bastaría para formar Gobierno en solitario.

La fórmula de coalición más probable tras las elecciones sería similar a la gran alianza entre conservadores y socialistas que ahora gobierna el país bajo la dirección del primer ministro Lukás Papadimos, aunque esta vez con una mayoría conservadora.

"No podemos juntarnos con los extremistas de la derecha o cooperar con el aventurerismo de izquierdas, son los partidos del dracma (la moneda anterior al euro). Yo creo que la posición de Grecia debe estar firmemente anclada en el euro", dijo el jueves Venizelos.