París / Toulouse, Agencias

La ineficacia del control al que los servicios secretos sometían el asesino confeso de Toulouse y Montauban, el islamista Mohamed Merah, de 23 años, abatido el jueves, introdujo ayer notables dosis de veneno en la reanudada campaña para las elecciones presidenciales francesas del 22 de abril y el 6 de mayo.

El primer ministro, François Fillon, insistió en la emisora RTL en que «no había ningún elemento que permitiera atrapar a Mohamed Merah» antes de cometer los asesinatos porque la legislación no permite «vigilar de forma permanente sin dictamen judicial a alguien que no ha cometido un delito».

«Vivimos en un Estado de derecho», y la Dirección Central de Investigación Interior (DCRI, los servicios secretos) «hizo perfectamente su trabajo» porque lo había identificado al saber que había estado en Afganistán y Pakistán en 2010 y 2011. Asimismo, lo interrogó y lo vigiló para llegar a la conclusión de que no había «ningún indicio» que hiciera pensar que «era un hombre peligroso y que un día pasaría a la acción».

Fillon afirmó que es «muy difícil» evaluar la magnitud del problema de los jóvenes que viajan a ciertos países para su adoctrinamiento y entrenamiento terrorista «porque hay miles de personas que hacen desplazamientos a esas regiones por motivos religiosos» y estimó su número en «varios cientos». En cualquier caso, reveló que Merah figuraba en una lista francesa como la del FBI estadounidense, en la que había sido incluido en 2010 para impedir, en tanto que presunto terrorista, que pudiera tomar un vuelo con origen o destino en EE UU.

El primer ministro respondía así, en particular, al candidato socialista a las presidenciales, François Hollande, quien en un mitin habló de un «fallo» en el seguimiento de Merah, y añadió: «Hay cuestiones que necesariamente deberán plantearse». «Es verdad que ese asesino, Merah, hizo dos viajes, uno a Afganistán en 2010, y otro a Pakistán en 2011. Alegó motivos turísticos. Debe imponerse, por lo tanto, un mayor control de los desplazamientos a países sensibles», indicó Hollande.

Más taxativa, la candidata ecologista, Eva Joly, que antes de entrar en política era juez instructora, aseguró que las reformas de la legislación anunciadas por Sarkozy son una cortina de humo. «No es un problema de textos, es un problema de eficacia», dijo, antes de sostener que «se hubiera podido justificar la detención» de Merah por tenencia de armas, participar en actos de proselitismo terrorista y sus viajes a Pakistán y Afganistán.