París, Agencias

El presidente francés y candidato a la reelección, Nicolas Sarkozy, asumió ayer toda la responsabilidad por la actuación de la policía en el asalto a la vivienda donde fue abatido Mohamed Merah, el asesino confeso de Toulouse.

«No permitiré que nadie ponga en cuestión el honor de los que han puesto fin, arriesgando su vida, a la trayectoria sangrienta de un terrorista monstruoso», afirmó Sarkozy en un mitin en Rueil-Malmaison, a las afueras de París.

«Asumo» la responsabilidad, anunció el mandatario ante las críticas a los agentes de la brigada especial que acorralaron a Merah por no haber logrado arrestarle vivo, y a los servicios secretos por no tenerle más controlado al haber estado en contacto con medios salafistas.

El ministro del Interior, Claude Guéant, dijo ayer que Merah era «un lobo solitario», lo que hacía más complicado anticipar su amenaza. «Es la primera vez que Francia afronta este tipo particular de acción», agregó Guéant.

Mientras, la policía seguía ayer investigando para determinar si Merah tuvo ayuda para cometer sus siete asesinatos en las personas de tres militares, tres niños judíos y un rabino.

El hermano del asesino confeso, Abdelkader Merah, y su novia, detenidos el miércoles, fueron trasladados a París para ser interrogados por la brigada antiterrorista. Su madre, que también había sido arrestada, fue puesta en libertad anteanoche.

Según el diario «Le Parisien», que cita fuentes policiales, expertos en geolocalización han descubierto que el teléfono de Abdelkader Merah no estaba lejos del colegio judío donde el lunes su hermano asesinó a tres niños y a su profesor.

Además, según las emisoras France Info y Europe1, el arma que Merah usó para perpetrar sus crímenes ha sido hallada en un Renault Clio perteneciente a una empresa de alquiler de coches.