El fracaso escolar de miles de jóvenes fue uno de los factores que encendieron los disturbios del pasado agosto en Inglaterra, según un estudio presentado ayer sobre las causas de una oleada de violencia que dejó más de 2.000 detenidos. Los expertos apuntaron a las dificultades que hallan los padres para educar a sus hijos, al «materialismo» imperante entre los jóvenes y a la falta de confianza en la Policía como otras de las razones que explican los actos de vandalismo. El informe señala que el deseo de poseer objetos «de marca» fue una de las principales motivaciones de los jóvenes que participaron en los altercados. «No es culpa de ninguna marca en particular, pero los niños y los jóvenes deben estar protegidos del marketing excesivo», dice el informe. Entre las medidas que proponen figuran multas para los colegios que no logren que sus alumnos terminen sus estudios con el nivel de lectura y escritura recomendado para su edad.