Al menos 13 presos murieron hoy en un enfrentamiento entre reclusos en el presidio hondureño de San Pedro Sula, en el norte de Honduras, informó el alcalde de la ciudad, Juan Carlos Zúniga.

"La información que se tiene es que fue una riña que se originó al interior del recinto", en el que también se registró un incendio que ya fue controlado, y "desafortunadamente hubo 13 defunciones", subrayó Zúniga en escuetas declaraciones a periodistas.

Las primeras informaciones policiales informaron de la decapitación de un preso y de otro herido, que fue ingresado en un hospital público local.

El alcalde indicó que el enfrentamiento entre los presos fue por el control de la cárcel de San Pedro Sula.

La Policía, fiscales del Ministerio Público y otras autoridades locales han llegado hasta la prisión, y se han dado informaciones confusas sobre la situación en el interior del recinto.

El portavoz de la Policía en San Pedro Sula, Julio Rodas, dijo a los periodistas que el penal "está bajo control" de las autoridades, aunque reconoció que las fuerzas de seguridad aún no han podido ingresar al módulo donde se registró el incendio "para verificar si hay más víctimas".

Por su parte, la coordinadora del Ministerio Público en San Pedro Sula, Marlene Banegas, dijo que hasta no se tenga "el control del recinto no es posible establecer ninguna hipótesis" de lo sucedido.

Extraoficialmente se ha informado de que otros siete reos podrían estar muertos en la celda a la que no ha tenido acceso la Policía.

Banegas confirmó a los periodistas la cifra de 13 reclusos muertos y uno herido, sostuvo que la riña se registró por "la jefatura de las bartolinas" o celdas, y que dos testigos aseguraron que los presos utilizaron armas blancas, de fuego e incluso una granada.

La pendencia se registró casi dos meses después del pavoroso incendio de la Granja Penal de Comayagua, en el centro del país, que dejó 360 reos muertos así como una mujer que visitaba a su marido.

El presidio de San Pedro Sula, al igual que el resto de las cárceles de Honduras es considerado una "bomba de tiempo" por el hacinamiento y fallos estructurales, lo que reconocen las máximas autoridades del país.

En mayo de 2004, un incendio en el mismo presidio dejó 107 presos muertos, mientras que en abril de 2003 una riña entre reclusos de la Granja Penal de El Porvenir, en el Caribe, se cobró la vida de 66, más dos mujeres y una niña que estaban de visita.