París, Efe

Más de 40 organizaciones pro derechos humanos exigieron ayer a la ONU que abra una investigación para tratar de cerrar los campos de concentración de Corea del Norte, en los que se estima que malviven en condiciones infrahumanas 200.000 prisioneros, incluidos niños.

«Las condiciones de vida en los gulags son horribles. Se trata de una de las principales catástrofes que el mundo conoce actualmente», señaló en un comunicado el director ejecutivo de la organización Persus Strategies, Jared Genser.

Los redactores del informe enviado a la ONU describen trabajos forzados de más de 12 horas al día los siete días de la semana a cambio de una ración de unos 20 granos de maíz. «Una cantidad tan ínfima que los detenidos están obligados a rebuscar entre los excrementos de vaca para encontrar granos no digeridos y escapar así de la muerte», señala el comunicado.

Según el texto, difundido en París por la Federación Internacional de Derechos Humanos, las condiciones extremas de los campos se ven agravadas por enfermedades como la tuberculosis o la neumonía y, en conjunto, provocan cada año la muerte de entre el 20 y el 25 por ciento de los detenidos. «Más de 400.000 prisioneros pueden haber muerto en los últimos años», agrega el comunicado.