El Consejo de Seguridad de la ONU analizó ayer con preocupación la grave situación en Malí, que se ha deteriorado en los últimos días y que ha provocado que haya 90.000 desplazados internos en el país y más de 130.000 refugiados. El éxodo es consecuencia tanto del golpe militar de hace diez días como de la conquista del norte del país por rebeldes tuaregs apoyados por un grupo islamista próximo a Al Qaeda.

Trece de las 19 personas detenidas la pasada semana en Francia, integrantes del grupo extremista islámico Forsane Alizza, han sido acusados de armarse y entrenarse para perpetrar atentados terroristas y acciones delictivas como el secuestro de un magistrado en Lyon o el de algunos responsables religiosos.