La aceptación por parte de Siria del 10 de abril como fecha límite para la aplicación del plan del enviado especial de la ONU y la Liga Árabe para Siria, Kofi Annan, podría ser una maniobra más del régimen para ganar tiempo. De momento, y a menos de una semana para ese día, el Ejército de Bachar al Asad no solamente no se ha retirado de las ciudades, tal y como estipula el plan, sino que además ha causado nuevas bajas civiles entre su propia población. Damasco se ha defendido asegurando que ya ha salido de Deraa, Idlib y Zabadani, mientras que el Consejo de Seguridad ha instado al país este jueves cumplir ese plazo.

El embajador de Siria ante la ONU, Bachar al Jafari, anunció esta misma semana que su Gobierno había aceptado el 10 de abril como fecha límite para la aplicación del plan de seis puntos de Kofi Annan. Ello implica que para ese día el Ejército deberá haberse retirado de las ciudades sirias. Si Annan puede verificar la retirada de las fuerzas militares en esa fecha, Gobierno y oposición tendrán un plazo de 48 horas para poner fin a los enfrentamientos.

Precisamente, Kofi Annan ha anunciado, en su comparecencia ante la Asamblea General de Naciones Unidas, que el próximo jueves exactamente a las 6.00 horas los dos bandos enfrentados en Siria, el Gobierno y la oposición, deberán cesar todas sus acciones armadas.

Annan ha aclarado también que el objetivo de alcanzar un alto el fuego definitivo ese día sólo podrá cumplirse si el régimen liderado por Bachar al Asad cumple dos días antes con el requisito de completar la retirada de las fuerzas de seguridad y el Ejército de las calles.

En este contexto, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ha acordado este mismo jueves una declaración no vinculante en la que se insta a Siria a cumplir ese plazo para poner fin a la violencia.

Además, el equipo de avanzadilla encabezado por el general noruego Robert Mood ha llegado también este jueves a Damasco para hablar con las autoridades sirias sobre el próximo despliegue de observadores internacionales con la misión de supervisar el plan de paz.

"El equipo de planificación se encuentra en estos momentos en Damasco. Lo forman diez u once personas", declaró a Reuters desde Ginebra el portavoz de Annan, Ahmad Fawzi. El equipo ha llegado al país procedente de Ginebra y Nueva York con la misión de negociar el despliegue de entre 200 y 250 observadores desarmados a partir del 10 de abril.

Ante una la enésima presión de la comunidad internacional, el régimen de Bachar al Asad ha asegurado a Annan que ha empezado a retirar a sus tropas de las zonas de Deraa, Idlib y Zabadani, según ha declarado este jueves el portavoz del enviado especial, Ahmad Fawzi, que ha precisado que se están intentando verificar estas informaciones.

"Nos han dicho que han empezado a retirar a las tropas de algunas zonas", ha declarado Fawzi durante una rueda de prensa en Ginebra. "Han informado concretamente a tres ciudades, Deraa, Idlib y Zabadani", ha agregado. Aparte, el portavoz ha anunciado que se va a solicitar a los Estados miembros de la ONU que aporten tropas para la citada misión de observación.

Además, el Gobierno de Siria ha aceptado la ampliación de las actividades del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) por motivos humanitarios y la suspensión temporal de las hostilidades en caso de evacuación de heridos, según ha informado el Comité en un comunicado. Asimismo, ambas partes han llegado a un acuerdo para la reanudación de las visitas a los centros de detención, estancadas desde septiembre.

Estos acuerdos implican que el CICR "deberá consolidar rápidamente sus recursos humanos y su capacidad logística en Siria", ha declarado el presidente del Comité, Jakob Kellenberger, en un comunicado difundido al término de su visita oficial a Damasco, durante la cual se reunió con varios ministros.

"Bachar al Asad nos está engañando"

Sin embargo, la comunidad internacional continúa sin fiarse del régimen, a pesar de los nuevos gestos. "¿Se puede ser optimista? Yo no lo soy, porque creo que Bachar al Asad nos está engañando", ha declarado el ministro francés de Asuntos Exteriores, Alain Juppé, a la prensa. "Pretende hacer creer que acepta el plan de seis puntos de Annan al mismo tiempo que sigue utilizando la fuerza", ha denunciado.

El propio Annan, en su comparecencia en la Asamblea General, ha reconocido que la situación en Siria sigue siendo preocupante porque aún se registran acciones armadas por parte de las fuerzas de seguridad y el Ejército sirios. "Está claro que se necesita urgente más acciones de largo alcance", ha advertido.

En esa misma línea, el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, ha denunciado que el régimen no ha cesado los ataques contra los civiles y ha alertado de que el conflicto, que se ha llevado la vida de miles de personas, está empeorando.

"A pesar de la aceptación por parte del Gobierno sirio de las propuestas iniciales para resolver la crisis contempladas en el plan del enviado especial a Siria (Kofi Annan), la violencia y los ataques contra áreas civiles no han parado. La situación sobre el terreno continúa deteriorándose", ha subrayado ante la Asamblea General.

Y lo cierto es que así ha sido, según han vuelto a denunciar los Comités de Coordinación Local. Esta red de activistas sirios han asegurado que el régimen liderado por Bachar al Asad ha matado este jueves a 27 personas, tres de ellas niños, en Homs, Hama, el barrio de Douma en Damasco e Idlid, ciudad de la que el Ejército, según el Gobierno, se había desplegado.

La mayoría de los muertos, un total de catorce, han perdido la vida en la provincia de Homs, mientras que en Idlib han fallecido siete personas, tres en Hama y otras tantas en el barrio de Douma de la capital siria.

La red de activistas sirios, que realiza un seguimiento permanente de la represión del régimen en las diferentes ciudades del país, ha explicado, además, que la jornada del miércoles terminó con un total de 61 muertos, de los cuales ocho eran menores de edad.

Del total de víctimas contabilizadas ese día, 26 murieron en Homs, diez en Idlib, 16 en barrios de Damasco, cuatro en Deraa, tres en Hama y dos en barrios periféricos de Alepo. Los Comités han advertido de que el balance del miércoles no incluye los muertos registrados en Taftanaz, en la región de Idlib, donde no han podido verificar los datos por el fuerte asedio al que está sometido la ciudad por los militares y las fuerzas de la seguridad del régimen.

A las nuevas bajas, se añade también la complicada situación humanitaria del país. La dirección turca para la gestión de desastres y emergencias ha informado de que más de 1.600 refugiados sirios han entrado en Turquía en las últimas 48 horas huyendo de la violencia en su país, lo que eleva a más de 21.000 el número de personas que se han instalado en varios campamentos del sureste de Turquía.

El aumento del flujo de refugiados coincide con el incremento de las actividades militares en las ciudades sirias de Idlib y Azaz. Se trata del mayor número de refugiados desde el pasado 15 de marzo, cuando alrededor de un millar de sirios entraron en Turquía en un solo día. Desde entonces la media ha sido de entre 300 y 400 diarios.

Según un responsable oficial, entre 800 y 900 personas han cruzado en las últimas 24 horas el paso fronterizo de Reyhanli, en Hatay (sureste). En la actualidad hay al menos 21.285 refugiados sirios en varios campamentos de Hatay y Gaziantep.

Las autoridades turcas han advertido de que el aumento del número de personas huidas de las masacres de civiles por parte de las fuerzas del régimen de Bachar al Asad podría obligar a Ankara a actuar para impedir un desastre humanitario.