Seúl, Agencias

Corea del Norte ultima los preparativos para lanzar su satélite «Kwangmyongsong-3» entre este jueves y el próximo lunes. Su vecino del Sur, Japón y Estados Unidos consideran el lanzamiento una prueba de misiles encubierta y -todavía peor- temen que también esté próximo un nuevo ensayo atómico, el tercero en la historia del régimen, que el domingo celebra el centenario del nacimiento de su fundador, Kim Il-sung.

Recientes fotografías satelitales han revelado movimientos inusuales en la base de Punggye-ri, donde Pyongyang ya realizó las pruebas nucleares de 2006 y 2009.

Las imágenes muestran la excavación de túneles en su fase final, según fuentes de los servicios surcoreanos de inteligencia citados por la agencia local «Yonhap», que interpretaron que Pyongyang «realiza preparativos clandestinos» para su tercera prueba atómica, informó ayer «Efe».

Pero, mientras tanto, las tres etapas del cohete portador del satélite, el «Unha-3» («Vía Láctea 3» en coreano), ya se encuentran ensambladas y ubicadas en la plataforma de lanzamiento de Sohae, en la provincia noroccidental de Pyongan del Norte, según informó ayer la agencia estatal norcoreana, «KCNA».

En una campaña orientada a demostrar que su proyecto espacial no tiene fines bélicos, Corea del Norte organizó ayer una exhaustiva y poco habitual visita a la base de Sohae para unos 60 periodistas de 19 países y expertos en ciencia y tecnología extranjeros.

Allí, las autoridades del comité de tecnología espacial norcoreano mostraron a los asistentes el cohete «Unha-3», de 91 toneladas de peso y 30 metros de altura y que parte de la comunidad internacional concibe como el prototipo de un futuro misil de largo alcance que podría portar ojivas nucleares.

Además del polémico cohete portador, los periodistas y expertos observaron el satélite que Corea del Norte planea poner en órbita, el «Kwangmyongsong-3» («Estrella brillante 3»), equipado con cámaras y antenas y cubierto de paneles solares, informó «KCTV».

Una vez en órbita polar, el satélite «recopilará información sobre distribución de recursos forestales en el país, gravedad de los desastres naturales, estimación de cosechas, previsiones meteorológicas y estudio de los recursos naturales», aseguraron las autoridades norcoreanas a los presentes.

La inusual muestra de transparencia de Corea del Norte no ha logrado suavizar lo más mínimo las posturas de Estados Unidos y Corea del Sur, que, apoyados por varios países y Naciones Unidas, han instado a Pyongyang a dar marcha atrás a su nueva supuesta aventura espacial.

Washington ha suspendido el acuerdo al que había llegado con Pyongyang en febrero -ayuda alimentaria a cambio del abandono del régimen de la carrera balística y nuclear- y Japón ha desplegado un sistema antimisiles en el centro de Tokio a fin de interceptar el cohete norcoreano en caso de que su trayectoria suponga un riesgo para la capital, informó el Ministerio nipón de Defensa.