Oviedo, L. M. S. / Agencias

El régimen sirio intentó acabar ayer con la resistencia rebelde en las principales ciudades del país antes de empezar a retirar tropas, o de simular que lo hace para cumplir el plan de pacificación de Kofi Annan. Ese repliegue debe concluir hoy por la mañana, y el jueves la tregua debe ser una realidad. Sin embargo, la iniciativa del enviado de la ONU y la Liga Árabe -la única que ha logrado el apoyo de Rusia y China, los principales aliados de Damasco- parece condenada al fracaso.

El Ejército de Bachar al Asad llevó ayer la represión hasta las fronteras turca y libanesa y mató a más de 150 personas, lo que, sumado a las diferencias irreconciliables entre las partes y a la violencia de los últimos días, ha puesto definitivamente contra las cuerdas la iniciativa de Annan, quien ya el domingo acusó al régimen de incumplir los compromisos adquiridos con él.

El domingo, Damasco exigió a la comunidad internacional «garantías escritas» de que los rebeldes iban a cesar la violencia. Ayer fue el insurrecto Ejército Libre Sirio (ELS) el que supeditó el cumplimiento del alto el fuego a que el régimen respete primero el plan de Annan.

El «número dos» del ELS, Malek Kurdi, aseguró a «Efe» por teléfono que «las negociaciones no valen con el régimen y es inútil buscar una solución política» para la crisis siria. «Si detienen los disparos, nosotros los detendremos, pero no vamos a presentar garantías por escrito porque el régimen es el que tiene la mayor fuerza militar, mientras que nosotros disponemos de armas humildes y nuestra política es defender al pueblo», subrayó Kurdi.

Los plazos dados por Annan se antojaban ayer imposibles de cumplir: a menos de 24 horas del hipotético repliegue de las ciudades de las fuerzas de una y otra partes, las cifras de bajas difundidas por fuentes opositoras arrojaban un cruento saldo: más de 150 muertos, la mayoría en Homs y Hama (centro) y Alepo (norte).

Kurdi se mostró pesimista: «Ya advertimos antes de que cualquier plazo concede más tiempo para los asesinatos, y nuestras palabras demostraron ser ciertas». A tenor de los balances facilitados por los opositores comités de coordinación local, 52 personas fallecieron en Homs, 45 en Alepo y 33 en Hama.

En este contexto, que hace temer una larga guerra civil si fracasa el plan de Annan, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, recordó a Damasco que debe respetar «sin condiciones» los plazos a los que se avino con el mediador.

Además del conflicto interno, en el que, según la ONU, han muerto ya más de 9.000 personas en poco más de un año, las agresiones de las tropas sirias traspasaron en esta jornada sus fronteras con Líbano y Turquía. Los disparos efectuados por el Ejército de Al Asad causaron la muerte de un periodista libanés en la zona fronteriza de Wadi Jaled y de dos personas en un campo de refugiados sirios en Turquía, que han motivado la condena de estos dos países, a la que se sumó también el secretario general de la ONU.

Damasco alega que el periodista libanés murió en un tiroteo de sus militares con un «grupo terrorista», en una explicación ya habitual. Pero Turquía condenó duramente la agresión contra su territorio, lo que no le impidió considerar «caducos» los plazos dados por Annan para el repliegue de fuerzas de las ciudades y la declaración del alto el fuego.