El Cairo, Agencias

Las escasísimas esperanzas de que el plan de paz de Kofi Annan permitiera ayer alcanzar un alto el fuego en Siria se desvanecen: el mediador cree que aún es «pronto» para hablar de fracaso, pero lo cierto es que las armas no han callado y que la retirada de tropas de las ciudades sólo ha empezado tímidamente. O fingidamente, según los rebeldes, que ya amenazan con pasar a la ofensiva si mañana, cuando debe comenzar la tregua, el régimen no detiene la violencia.

Los activistas opositores denunciaron que más de 100 personas murieron, entre ellas tres menores y cinco mujeres, principalmente en las provincias rebeldes de Homs y Hama (centro del país).

Mientras que el ministro sirio de Exteriores, Walid al Mualem, anunció en Moscú la retirada de una parte de las tropas, los activistas difundieron vídeos que mostraban disparos y lanzamientos de proyectiles por las fuerzas leales al régimen de Bachar al Asad.

Según dijo a «Efe» un activista en Idleb (Norte) que se identificó como Abu Ahmed, el Ejército sirio abandonó ayer la periferia de esa ciudad, donde hasta el lunes quemó casas y mató a civiles, y centró ayer la represión en esa provincia en las localidades de Yisr Shugur y Yabal Zauiya.

Pese a ello, Annan prefirió no arrojar la toalla y pidió esperar hasta el final del plazo concedido a Damasco para verificar si su propuesta ha fracasado. «Es evidente que el plan de paz no ha sido aplicado según el programa previsto, pero esto no significa que no pueda hacerse», señaló el mediador en una rueda de prensa en Hatay, en el sur de Turquía, quizá fiándose de lo dicho por Mualem en Moscú.

Con todo, advirtió, «es esencial que en las próximas 48 horas haya signos visibles de un cambio inmediato e irreversible en la postura de las fuerzas del Gobierno a lo largo del país».

Pero los insurrectos, que han amenazado con redoblar sus ataques si el régimen no se aviene a lo pactado con Annan, creen que ayer sólo hubo un repliegue táctico, y que las unidades sólo han sido movidas a zonas aún no castigadas. Además, con la posibilidad de que la iniciativa de paz naufrague, el rebelde Ejército Libre Sirio (ELS) elevó el tono y amenazó con pasar a la ofensiva en 48 horas.

En declaraciones a «Efe», el portavoz del ELS en el interior de Siria, el coronel Qasem Saadedin, advirtió de que sus fuerzas «atacarán al régimen como nunca lo han hecho antes» si no se detienen las hostilidades.

De la misma forma, Saadedin aseguró que hasta el momento su grupo -formado por desertores del Ejército y civiles, pobremente equipado y con escasa coordinación entre sus unidades- ha tenido una función específicamente defensiva para proteger a los civiles, pero que pasará a golpear directamente intereses del régimen.

Además, los rebeldes negaron que Al Asad esté retirando a sus tropas, sino que simplemente ha cambiado sus tanques de emplazamiento. Según Saadedin, que dijo que su grupo «sigue comprometido con el alto el fuego pese a la violación escandalosa por parte del régimen», ayer fueron bombardeadas con artillería y tanques las ciudades de Deraa (Sur) y Homs, además de las provincias de Rif Damasco, Idleb y Hama.

Estambul

Los senadores de EE UU John McCain y Joe Lieberman abogaron ayer por armar a los rebeldes sirios durante una visita a los campamentos de refugiados en Hatay, en el sur de Turquía, donde denunciaron la violencia que ejerce el régimen de Bachar al Asad contra su pueblo.

Ambos senadores expresaron su convicción de que las negociaciones con el Gobierno de Asad son inútiles y que la mejor vía de poner fin al conflicto es proporcionar armas a los grupos rebeldes que combaten a Damasco.

«No se confundan: esto es una guerra», dijeron los senadores en el campamento de Yailadag, en la provincia de Hatay, informa el portal de noticias turco «Son Dakika». Ese mismo campamento fue visitado ayer por Kofi Annan. «La diplomacia con Asad ha fallado y seguirá fallando mientras piense que puede aplastar a la oposición militarmente», advirtieron.