El juicio que comienza este lunes contra el ultraderechista Anders Behring Breivik, autor confeso de los atentados del pasado 22 de julio en Noruega, resultará "duro" y "doloroso", pero un proceso necesario para superar la tragedia, afirmaron hoy representantes de las víctimas.

Así lo considera por ejemplo Christin Bjelland, vicepresidenta del Grupo de Apoyo Nacional por el 22 de julio, que agrupa a afectados por el doble atentado en el que murieron 77 personas.

"Tenemos que tomarlo como venga, ir día a día y confiar en el sistema judicial", declaró hoy a Efe Bjelland, cuyo hijo fue uno de los sobrevivientes de la masacre de la isla de Utøya, donde Breivik asesinó a tiros a 69 personas, la mayoría menores de 20 años que acudían al campamento de verano de las Juventudes Laboristas.

El juicio, que durará diez semanas, supondrá una oportunidad para conocer más detalles de lo que realmente ocurrió y de cerrar un capítulo que ha supuesto grandes pérdidas personales para muchos.

"Todos los datos van a salir a la luz, él se va a poder explicar, los fiscales presentarán pruebas, los testigos declararán y al final, esperamos que haya una sentencia 'severa' dentro de lo que la ley establece. Y que no veamos más a ese hombre", afirma.

Breivik siempre ha asumido la responsabilidad de los hechos, aunque no se considere culpable, ya que cree que actuó en defensa propia frente a la "amenaza" islámica, personificada en el "multiculturalismo" y el "marxismo cultural" que encarna el Partido Laborista, dominador de la política nacional en las últimas décadas.

La cuestión central será determinar si Breivik es o no un enfermo mental y por tanto si es o no penalmente responsable de los hechos.

Bjelland defiende que si los tribunales no lo consideran un enfermo mental, debe de ser condenado a 21 años de cárcel y custodia, lo que equivale en la práctica a una cadena perpetua; y en caso contrario, a permanecer de por vida en un hospital psiquiátrico.

Pero resalta que el grupo de apoyo representa a muchas personas y que mientras unos considerarían una "victoria" que se le declare penalmente responsable, otros preferían el desenlace contrario, ya que así nadie tomaría en serio sus ideas políticas.

Breivik declarará durante cuatro jornadas a partir del martes, y sus abogados ya han avisado de que va a lamentar no haber matado a más gente, aunque Bjelland asegura que piensa mucho en eso.

"Él no es como nosotros. He hablado con gente que ha estado en las vistas para tratar su prisión preventiva. No lo podemos comparar con el resto, por eso no especulamos sobre eso", dice.

Bjelland se unió al grupo por su hijo, y por él irá al juicio, "para intentar ayudar a que los otros se encuentren mejor, para informar a los que no van a estar presentes".

Durante meses, familiares y supervivientes del doble atentado -que comenzó con la explosión de un coche bomba en el complejo gubernamental de Oslo, que mató a 8 personas- han mantenido reuniones con las autoridades, los fiscales y los tribunales para prepararse de cara al juicio y aprender "cómo reaccionar".

"Es una gran pérdida personal para muchos. Hay un camino muy largo hasta que la vida vuelva a ser normal", explica Bjelland, aunque señala que también hay casos de víctimas que lo han superado.

El Grupo de Apoyo Nacional informó hoy de que distribuirá pegatinas con el logo "Ninguna entrevista, por favor" para los familiares que quieran seguir las vistas pero no hacer declaraciones.

Agentes de policía habían sido desplegados hoy en el interior y el exterior de la sede de los juzgados de Oslo, cuyo perímetro estará cortado al tráfico durante las diez semanas que dure el juicio, el mayor en la historia reciente de Noruega.