Berlín / Oviedo,

Agencias / E. F.

La canciller alemana, Angela Merkel, prevé cancelar su asistencia a la Eurocopa de fútbol del próximo junio si el Gobierno de Ucrania, país anfitrión junto con Polonia, no pone en libertad a la ex primera ministra Yulia Timoshenko. La líder opositora, arrestada el pasado octubre por una polémica acusación de abuso de poder, ha sido condenada a siete años de cárcel y sometida a maltrato en la prisión, según denunció el pasado viernes la prensa local, que publicó fotos en la que la ex «premier» muestra rasguños y moratones.

«Si Timoshenko no es liberada para cuando comience la Eurocopa, lo más probable es que los futbolistas alemanes tengan que jugar sin Merkel en las gradas», afirma el semanario «Der Spiegel» en su número de esta semana, aunque sin citar fuentes.

Según la UE, que se ha colocado sin duda del lado de la líder opositora, la acusación contra Timoshenko viene dictada por motivos políticos, ya que proceden de su encarnizado enemigo, el presidente Victor Yanukovich. El estado de salud de Timoshenko ha empeorado sensiblemente en los últimos días, ya que en protesta por su situación jurídica y el maltrato ha comenzado una huelga de hambre que ha provocado un aplazamiento de tres semanas de un segundo juicio en el que deberá defenderse de acusaciones de malversación de fondos por importe de 300 millones de euros.

«Der Spiegle» apunta que junto a Merkel otros dirigentes alemanes podrían abstenerse de viajar a Ucrania, entre ellos el nuevo presidente del país, y activista pro Derechos Humanos, Joachim Gauck.

Entre tanto, un total de 18 personas siguen hospitalizadas por las heridas que sufrieron en la cadena de atentados con bomba perpetrados el viernes en la localidad natal de Timoshenko, Dniepropetrovsk, horas después de que fueran publicadas las fotos del maltrato a la líder opositora.

De momento, ningún grupo ha reivindicado la autoría de los ataques, que la fiscalía ha calificado de «atentado terrorista». El presidente Yanukovich en persona ofreció el sábado pasado una recompensa de 250.000 dólares (unos 190.000 millones de euros).