Damasco / El Cairo, Agencias

El jefe de la misión de cascos azules encargada de supervisar el alto en fuego en Siria, general Robert Mood, denunció ayer la «brutal tragedia» en la ciudad de Al Haula, en la provincia de Homs, en la que el viernes murieron al menos 92 personas. «Esta mañana, los observadores militares y civiles de la ONU fueron a Al Haula y contaron los cadáveres de más de 32 niños de menos de 10 años de edad y más de 60 adultos. Esto es una brutal tragedia», indicó Mood.

Asimismo, el jefe de los observadores dijo en una nota que se confirmó el uso de artillería y de proyectiles de tanques en la masacre. «Quienquiera que comenzase, quienquiera que respondiese, y quienquiera que contribuyese a este deplorable acto de violencia debe afrontar su responsabilidad. Este indiscriminado y desproporcionado uso de la fuerza es inaceptable. El asesinato de niños y civiles debe cesar», recalcó Mood.

Por último, pidió al Gobierno sirio que deje de usar armamento pesado y a «todas las partes» que pongan fin a todo tipo de violencia. Sin embargo, el general noruego no ofreció más precisiones acerca de la masacre, de la que la oposición siria ha culpado a las fuerzas del régimen.

La agencia oficial siria «Sana» responsabilizó, por su parte, de los asesinatos a «grupos terroristas armados» y añadió que los combates «llevaron a la muerte de varios terroristas y de varios miembros de las fuerzas especiales».

Tanto los opositores Comités de Coordinación Local como el también opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos acusan al régimen de perpetrar la «masacre» con el uso de artillería pesada, seguido de la incursión de militares sobre el terreno.

El enviado especial de la ONU y la Liga Árabe para Siria, Kofi Annan, tiene previsto viajar a Damasco hoy, por segunda vez, para evaluar el acuerdo suscrito hace más de un mes por las partes que estipulaba un alto el fuego que nunca se ha cumplido. Annan deberá reunirse con el presidente sirio, Bachar al Asad, y con figuras de la oposición.

Tras la difusión de la noticia de la masacre, el ministro británico de Exteriores, William Hague, pidió ayer una respuesta internacional y solicitó a Damasco el fin de las operaciones militares.

El titular de la diplomacia británica dijo que la prioridad del Reino Unido es establecer lo ocurrido y asegurar que los responsables sean identificados y rindan cuentas. «Estamos consultando urgentemente con nuestros aliados para dar una fuerte respuesta internacional, incluido el Consejo de Seguridad de la ONU, la Unión Europea y los organismos de derechos humanos de la ONU. Vamos a pedir una sesión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU en los próximos días», añadió el ministro.

A su vez, el Ejército Libre Sirio (ELS), brazo armado de la oposición, pidió al Consejo de Seguridad de la ONU que anuncie el fracaso del plan de paz de Annan tras la masacre. «Pedimos al Consejo de Seguridad y a la comunidad internacional que afronten la responsabilidad y anuncien este fracaso», subrayó el ELS en un comunicado.

Los rebeldes instaron a la ONU a «adoptar medidas rápidas y decididas para salvar a Siria, su pueblo y toda la región, con la creación de una alianza militar internacional fuera del Consejo de Seguridad para lanzar ataques aéreos a los centros militares y de seguridad del régimen».