París, Agencias

El Gobierno de Francia anunció ayer una subida de impuestos por valor de 7.200 millones para cumplir los objetivos de déficit de este año (4,5%) y el siguiente (3%). París aumenta la presión fiscal sobre las grandes fortunas, las petroleras y los dividendos empresariales, pero renuncia a elevar el IVA en otoño, como estaba previsto.

El anuncio es la repuesta del Ejecutivo al aviso que le hizo el lunes el Tribunal de Cuentas, que situó la economía francesa en «zona de peligro». El primer ministro, el socialista Jean-Marc Ayrault, admitió el martes que el crecimiento del PIB será este año del 0,3%, cuatro décimas por debajo del previsto. En 2013 será del 1,2%, en vez del pronosticado 1,7%.

El tribunal pidió ahorros suplementarios de hasta 10.000 millones en 2012 y de hasta 33.000 en 2013, y ayer el Gobierno socialista respondió con una batería de medidas que contradice abiertamente la política impositiva de Sarkozy.

Para empezar, Hollande suprime las exenciones al impuesto sobre la fortuna (ISF) para recaudar 2.300 millones. Las empresas tendrán que aportar el 47% del dinero que el Ejecutivo quiere conseguir con la subida de impuestos; en primer lugar (1.000 millones), con el fin de las exenciones en las cotizaciones por pago de horas extra.

Además, se crea una tasa del 3% sobre los dividendos para penalizar a los grupos que reparten beneficios entre sus accionistas en lugar de dedicarlos a invertir. El tipo de la contribución social que habrá que pagar por las opciones sobre acciones y sobre las acciones gratuitas pasará del 22% al 40%, informa «Efe».

Se incrementa del 0,1% al 0,2% la tasa sobre las transacciones financieras. Otro impuesto, éste de carácter excepcional, gravará las reservas petroleras con un 4% y afectará a los grandes grupos del sector, pero también a los distribuidores. El umbral de las exenciones fiscales en las donaciones y en las sucesiones pasará de 159.325 a 100.000 euros.