París, Efe

La líder ultraderechista francesa Marine Le Pen desencadenó ayer una gran polémica en Francia al pedir que se prohíba llevar en la calle el velo islámico y la kipá judía. En una entrevista con el vespertino «Le Monde», la presidenta del Frente Nacional pide la prohibición de estos dos signos religiosos en la calle, lo que ha generado reacciones desde todos los ámbitos políticos.

Le Pen afirma que debe prohibirse el velo islámico «en las tiendas, los transportes, la calle», y agrega que si se aplica a ese signo religioso «es evidente que también se suprime la kipá del espacio público».

El presidente francés, François Hollande, aprovechó un discurso pronunciado ante el memorial de la Soah en Drancy, a las afueras de París, para hacer un llamamiento a la calma. «Todo lo que desgarra, opone, divide, es desacertado. Las únicas reglas que conocemos son las de la República y las del laicismo», indicó el jefe del Estado. Más duro se mostró el ministro de Educación, Vincent Peillon, quien consideró a Le Pen «la primera de las integristas», al aprovechar la tensión que existe en estos momentos con los musulmanes, a raíz de las viñetas y el vídeo irónicos sobre Mahoma, para «echar más leña al fuego».