La muerte de diez civiles en Gaza, cinco de ellos niños de una misma familia y dos mujeres, marcó ayer a sangre y fuego el quinto día de la ofensiva israelí como el más letal, con al menos 25 palestinos abatidos, mientras se multiplican los intentos de mediación a través de Egipto. Un enviado del Gobierno israelí contacto ayer con dirigentes de Hamas en El Cairo sobre las condiciones para un alto el fuego que evite que el Ejército ejecute en cualquier momento la invasión de la franja.

A primera hora de la madrugada la marina hebrea bombardeó de forma intensiva la costa de Gaza. La aviación participó en el ataque contra la capital de la franja en el que murieron también cuatro varones, al menos tres de ellos civiles. Israel asegura que se trata de un «asesinato selectivo» y que el cuarto es Yahyia Bya, responsable del lanzamiento de cohetes de Hamas. Los vecinos insisten en que no había milicianos en el edificio de cuatro plantas en el que impactaron varios misiles lanzados por aviones F-16.

Tras el medio centenar de bombardeos de ayer, el balance de palestinos muertos en la ofensiva «Pilar Defensivo» alcanza los 69, en torno a la mitad civiles, según el portavoz de Sanidad. De los 25 abatidos el domingo en toda Gaza, la mitad son niños. Al menos siete son milicianos, que cayeron en tres ataques aéreos en el norte, este y centro. Dos perecieron al ser alcanzados por un misil coche en el que circulaban. La cifra global de heridos supera los 550, la mayoría civiles.

Por otro lado, el brazo armado de Hamas asegura haber lanzado contra Israel más de 900 cohetes desde el miércoles, día en que comenzaron los ataques contra la franja. Un portavoz militar hebreo elevó la cifra a un millar, 300 de los cuales fueron derribados en vuelo, cuatro cuando iban a impactar ayer mismo sobre Tel Aviv. Uno de esos proyectiles mató el viernes a tres civiles. Los heridos son más de treinta.

La operación continúa en medio de los esfuerzos internacionales, articulados en torno a Egipto, por obtener un alto el fuego que evite una invasión terrestre de Gaza, en la que participarán «decenas de miles» de los 75.000 reservistas movilizados.

El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu aseguró que «el Ejército está preparado para ampliar considerablemente la operación» y «hacer pagar a Hamas un alto precio» por los ataques. El presidente palestino, Mahmud Abás, envió a la franja un emisario para participar en los esfuerzos de mediación. Además, una delegación compuesta por cuatro militares israelíes regresó ayer de El Cairo con las condiciones para un alto el fuego de Hamas tras entregar un borrador con las suyas las autoridades egipcias. El secretario general de la ONU llega hoy a la capital egipcia.

«Estábamos trabajando cuando impactó el primer proyectil. Fue el que dio a mi compañero, Jatem, que ha perdido la pierna», explicó en el hospital donde se recupera de sus heridas Mohamed al Ajras, cámara de la televisión Al Quds, de tendencia islamista y próxima a Hamas.

El bombardeo sobre la oficina de Al Quds, en el edificio Al Shawa Al Husari, se saldó con seis periodistas heridos y fue seguido horas más tarde por el ataque a otro edificio, el de Al Sharuk, que acoge las sedes de varias televisiones y medios de comunicación, donde no se registraron víctimas pero sí grandes destrozos materiales. Varias cadenas internacionales, como la británica Sky News, trabajan en el edificio, así como las españolas Cuatro y la autonómica TV3 de Cataluña.

Varios reporteros que querían dejar Gaza se han topado con la negativa o dificultades de Hamas. Algunos han tenido que recurrir a la ONU para que les sacase en un convoy. El Ejército indicó que el bombardeo iba dirigido contra «dos sitios de la comunicación operativa de Hamas».

Mientras, la diplomacia internacional trata de evitar la invasión por tierra de Gaza cuando, tras cinco días, la ofensiva «Pilar Defensivo» ha costado la vida a 69 palestinos y tres israelíes. Las autoridades hebreas abrieron el paso de Kerem Shalom para permitir el abastecimiento de la franja. El presidente Barack Obama aseguró que EE UU apoya el derecho de Israel a defenderse de los misiles palestinos. El ministro francés de Exteriores, Laurent Faibus, llamó en Jerusalén a «impedir una guerra a largo plazo». Mientras, Londres avisó que la invasión terrestre haría perder simpatías a Israel.