Seúl / Washington / Oviedo, Agencias / L. M. S.

El régimen estalinista de Corea del Norte sigue apretando la tuerca de su retórica belicista y ayer anunció que sus Fuerzas Armadas han adoptado «posiciones de combate» para atacar objetivos estadounidenses tanto en el continente como en las islas de Hawai y Guam.

«Desde este momento, el mando supremo del Ejército Popular de Corea del Norte pondrá en posición de combate a todas sus unidades de artillería y de cohetes, incluidas las de largo alcance, que alcanzarán todos los objetivos enemigos en las bases invasoras de Estados Unidos en su continente, Hawai y Guam», informó la agencia oficial de noticias norcoreana «KCNA».

La semana pasada, el mando militar de Pyongyang advirtió de que sus «armas de precisión» tenían en sus miras las bases militares estadounidenses en Guam y en Japón y que atacaría en caso de que hubiera «provocaciones».

Anteriormente, el régimen comunista había amenazado con una «dura respuesta», si Estados Unidos volvía a desplegar bombarderos estratégicos B-52 en la península coreana, al considerar que sería una «provocación intolerable».

EE UU trasladó los B-52 que tiene en la isla de Guam para que participaran en las maniobras militares que lleva a cabo con Corea del Sur al inicio de cada primavera y que concluyeron el lunes. El desplazamiento de estos bombarderos estratégicos en los alrededores de la península coreana suscitó un gran temor porque son capaces de llevar a cabo un ataque nuclear.

Estos movimientos se enmarcan en la escalada de tensión regional, que comenzó el año pasado con los lanzamientos de cohetes de largo alcance de abril y diciembre, y siguió en 2013 con la prueba nuclear del 12 de febrero, todo ello por parte de Corea del Norte.

El Consejo de Seguridad de la ONU condenó estas acciones, al considerar que violan las resoluciones que prohíben a Corea del Norte desarrollar y usar tecnología nuclear y de misiles balísticos.

En respuesta, Pyongyang declaró nulos los pactos de no agresión suscritos con Seúl y amenazó con hacer lo mismo con el armisticio de 1953, que puso fin a tres años de hostilidades en la península.

La nueva amenaza del régimen del joven Kim Jong-un recibió también contundentes respuestas de EE UU y Corea del Sur. China, único valedor de Pyongyang, se limitó a pedir contención.

La presidenta surcoreana, Park Geun Hye, advirtió de que «la única forma de que Corea del Norte sobreviva» es que «abandone inmediatamente sus provocaciones» y «se convierta en un miembro responsable de la comunicad internacional. «En el tercer aniversario del hundimiento del buque "Cheonan", instó enérgicamente a Corea del Norte a cambiar», dijo Park en el homenaje a las 46 víctimas mortales de lo que Seúl asegura que fue un ataque de Pyongyang.

De su lado, el Pentágono condenó la retórica «belicosa» de Corea del Norte y advirtió de que está listo «para responder a cualquier contingencia». Con todo, el portavoz, George Little, reconoció que Washington está «preocupado» por las «amenazas» del régimen. Y su homólogo de la Casa Blanca, Jay Carney, dijo que «la retórica belicista de Corea del Norte y sus amenazas responden a un patrón designado para aumentar las tensiones e intimidar a otros países».