Doha, Agencias

Los líderes de la opositora Coalición Nacional Siria (CNFROS), Ahmed Muaz al Jatib y Gasan Hito, ocuparon ayer el sitio de su país en la XXIV Cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la Liga Árabe, que se celebra en Doha.

«Os pido permiso para que Ahmed Muaz al Jatib y Gasan Hito ocupen el lugar de Siria en la cumbre», solicitó en su discurso el emir de Catar, Hamad bin Jalifa al Zani. Acto seguido, los delegados de la coalición opositora entraron en medio del aplauso de los presentes y se sentaron en los asientos que debería haber ocupado el presidente sirio, Bachar al Asad, en un gesto simbólico pero de gran relevancia que fue condenado inmediatamente por Irán, aliado de Damasco.

Al Zani les dijo en su bienvenida: «No hay duda de que merecen esta representación, ya que han ganado la legitimidad en el interior y el exterior de Siria por lo que hacen en la revolución y para preparar la construcción de una Siria nueva».

Al Jatib -que dimitió hace dos días, aunque la CNFROS aún no ha aceptado su renuncia- reveló durante su intervención en la cumbre que ha pedido a EE UU el despliegue de «un paraguas de misiles Patriot» en el norte de Siria para proteger a la población civil.

El líder opositor detalló a los asistentes que había hecho su petición al propio secretario de Estado, John Kerry, quien, según Al Jatib, «se comprometió a estudiarla».

En la clausura de la cumbre, los jefes de Estado y de Gobierno árabes defendieron el derecho de sus países a armar a los rebeldes sirios y pidieron que se reconozca a la CNFROS como único representante de Siria. En el comunicado final, los países árabes dejaron claro que «tienen derecho a prestar los medios de autodefensa, incluido el militar, para apoyar al pueblo sirio y al Ejército Libre Sirio (ELS)».

De su lado, el jefe del Comando Norte Israelí, el general Yair Golan, afirmó que su país «podría crear una zona tapón en Siria en coordinación con interlocutores locales» en caso de que caiga el Gobierno de Asad para intentar controlar el potencial peligro que supondría para Tel Aviv la presencia de yihadistas en el país árabe.