La organización no gubernamental Médicos Sin Fronteras (MSF) anunció ayer la clausura de todos los programas que mantiene en Somalia, una decisión adoptada por los últimos ataques sufridos por su personal en un país en el que lleva operando de forma interrumpida desde 1991.

La ONG ha realizado este anuncio en una rueda de prensa celebrada en Nairobi (Kenia), en la que su presidente internacional, Unni Karunakara, y el director general de MSF Holanda, Arjan Hehenkamp, han detallado los motivos del fin de las operaciones humanitarias en Somalia.

MSF ha indicado en un comunicado que el cierre de los programas en Somalia es "el resultado de los ataques violentos que el personal de MSF ha sufrido en un contexto en el que, cada vez más, los grupos armados y los líderes civiles apoyan, justifican y/o toleran el asesinato, la agresión y el secuestro de trabajadores humanitarios".

La ONG ha recordado que, durante sus 22 años de historia en Somalia, MSF ha negociado con los "actores armados y las autoridades de todas las partes". "La excepcionalidad de las necesidades humanitarias en el país ha obligado a la organización y a su personal a tolerar niveles de riesgo incomparables --en gran parte sufridos por los propios colegas somalíes de la organización--, así como a comprometer seriamente sus principios operacionales de independencia e imparcialidad", ha explicado.

MSF ha recordado que entre los incidentes "más recientes" figuran "el brutal asesinato de dos trabajadores de MSF en Mogadiscio en diciembre de 2011 y la rápida liberación del asesino convicto"; y "el secuestro violento de otros dos miembros del personal en los campos de refugiados de Dadaab (Kenia), que terminó el mes pasado después de un cautiverio de 21 meses en el centro-sur de Somalia".

La organización ha informado de que cerrará sus programas médicos en toda Somalia, incluyendo los de la capital Mogadiscio y los suburbios de Afgooye y Daynille, así como los de Balwad, Dinsor, Galkayo, Jilib, Jowhar, Kismayo, Marere y Burao.

Más de 1.500 trabajadores han proporcionado una amplia gama de servicios, incluyendo atención primaria de salud gratuita, tratamiento de la desnutrición, salud materna, cirugía, respuesta a epidemias, campañas de vacunación, agua y suministros de ayuda. Sólo en 2012, los equipos MSF proporcionaron más de 624.000 consultas médicas, atendieron a 41.100 pacientes en sus hospitales, trataron a 30.090 niños por desnutrición, vacunaron a 58.620 personas y asistieron el parto de 7.300 bebés.

A lo largo de sus 22 años de historia en Somalia, los equipos de MSF han conocido en profundidad las necesidades de la población somalí. MSF ha querido dejar claro que "mantiene su compromiso de abordar estas enormes necesidades a través de la atención médica y la ayuda humanitaria", pero "todos los actores en Somalia deben demostrar con hechos que tienen la voluntad y la capacidad de facilitar la prestación de la ayuda humanitaria al pueblo somalí, así como respetar la seguridad de los trabajadores humanitarios que arriesgan sus vidas para atenderle".