El primer ministro de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, ha expresado hoy oficialmente las condolencias de su país por los armenios que "perdieron sus vidas en el contexto de principios del siglo XX", en la primera declaración de este tipo pero que no ha incluido una petición de perdón.

Erdogan se dirigió en nombre del Estado turco a los "nietos" de quienes murieron y aseguró que "los incidentes de la I Guerra Mundial" son un "dolor compartido", aunque no se refirió a la responsabilidad del entonces Imperio Otomano en la muerte de miles de armenios.

La declaración de Erdogan se produce en la víspera del Día del Genocidio que Armenia celebra para recordar las matanzas de lo que este país califica como un genocidio de los armenios que vivían bajo el Imperio Otomano, antecesor de la moderna Turquía.

"Deseamos que los armenios que perdieron sus vidas en el contexto de principios del siglo XX descansen en paz y expresamos nuestras condolencias a sus nietos", manifestó Erdogan en una declaración escrita publicada en nueve idiomas en la página web de la jefatura de Gobierno.

El líder conservador aseguró que es una obligación entender que los armenios "también conmemoran los recuerdos de los sufrimientos padecidos en ese periodo al igual que los otros ciudadanos del Imperio Otomano".

Erdogan insistió en que numerosos pueblos sufrieron durante la I Guerra Mundial y que "los últimos años del Imperio Otomano fueron un periodo difícil, lleno de sufrimientos para millones de turcos, kurdos, árabes, armenios y demás ciudadanos otomanos, independientemente de su religión u origen étnico".

El primer ministro destacó la inutilidad de "establecer jerarquías de dolor" y aseguró que Turquía defiende que se cree una "comisión histórica conjunta para estudiar los acontecimientos de 1915 de una manera científica".

Pese a que reconoció que la libertad de expresión permite manifestar opiniones distintas, calificó como inadmisible "utilizar los acontecimientos de 1915 como una excusa para mostrar hostilidad en contra de Turquía y transformar este asunto en materia de conflicto político".

"El espíritu de esta época requiere poder hablar a pesar de las discrepancias, intentar entender al que está enfrente escuchándolo, evaluar la búsqueda de caminos de compromiso, rechazar el odio y alabar el respeto y la tolerancia", recoge el comunicado.

Turquía niega tajantemente que las deportaciones masivas de armenios ordenadas en 1915 constituyan un genocidio e incluso ha mantenido al respecto fuertes disputas políticas con países como Estados Unidos o Francia, donde se han debatido leyes en relación con el reconocimiento del genocidio armenio.