El príncipe saudí Alwaleed bin Talal es un miembro de la Familia Real Saudí, hijo del Príncipe Talal y de la Princesa Mona Solh, y nieto del rey fundador de Arabia Saudí, Abdul Aziz Al Saud, y acaba de anunciar que donará su toda su fortuna, valorada en 29.000 millones de euros, a obras de caridad.

No ostenta ningún cargo político, es un hombre de negocios que posee muchas acciones de diferentes empresas: máximo accionista de Kingdom Holding Company y Rotana, posee grandes paquetes de acciones en News Corp, Citibank, los hoteles de lujo Savoy de Londres, el George V de París o la cadena Fairmont Raffles, además de en empresas enfocadas a las tecnología como Apple, Twitter, AOL o Motorola.

Según la revista Forbes posee la 34 mayor fortuna del mundo, unos 29.000 millones de euros, los cuales ha anunciado que donará a través de su fundación, Alwaleed Philanthropies, inspirado por la Fundación Gates, de Bill y Melinda Gates.

Para el príncipe saudí la lista de Forbes es muy importante, como demuestra el hecho de que en 2013 demandó a la publicación por calcular mal su fortuna tras aparecer en el puesto 26 (en 2004 era la cuarta mayor fortuna del mundo), cuando según sus cálculos tiene 7.000 millones de euros más de los que le atribuyen y debería ser el décimo hombre más rico del planeta.

Para la editora de la revista Forbes Kerry A. Dolan, la imagen es muy importante para este príncipe, y uno de sus objetivos es estar entre los 10 hombres más ricos del mundo.

Según el artículo que escribió esta periodista tras visitar su palacio de Riad, las paredes de la casa son de mármol y están llenas de retratos de sí mismo. Además, el año pasado se compró un Airbus A-380, el avión más grande de la compañía francesa con capacidad para transportar a 800 pasajeros.

La revista 'Megaricos' asegura que el príncipe adaptó el avión a sus necesidades e incluyó cosas como un aparcamiento para sus Rolls-Royces, cinco 'suites', habitaiones para 20 invitados, una sala de conciertos o un salón de oración donde las alfombras cambian su posición automáticamente para orar siempre mirando hacia la Meca.

En cuanto a su vida personal, ha estado casado con Dalal bint Saud bin Abdulaziz y con Ameera al-Taweel, aunque se ha divorciado de ambas mujeres.

Como vicepresidenta de la Fundación del príncipe, Alwaleed Philanthropies, su ex mujer Al-Taweel se convirtió en la cara más visible de Alwaleed frente a occidente.

Luchó por el derecho de las mujeres saudíes a conducir en su propio país al igual que reclamaba frente a los medios de comunicación la libertad de no llevar el velo y no por ello ser menos musulmana.

Su marido, el príncipe saudí, la apoyaba acudiendo con su mujer a eventos sin que ella llevase el velo -tampoco obliga a las mujeres que trabajan en sus empresas a llevarlo- y reconociendo que su ex mujer conducía por el desierto.

En 2008 fue acusado de violación por una modelo hispanoalemana que dijo haber sido invitada a un yate de lujo en Ibiza para terminar siendo narcotizada y violada por uno o varios de los tripulantes, que según ella pertenecían a la Familia Real Saudí.

El príncipe se defendió con documentos y aseguró que durante las fechas que indicaba la víctima él estaban en territorio francés y aportó testimonios que lo corroboraban. Al final el caso de desestimó por falta de pruebas.