Rusia anunció ayer que persisten sus divergencias con EE UU sobre el modo de alcanzar una posición común para combatir al grupo yihadista Estado Islámico, en particular en Siria, donde Moscú apoya al dictador Al Asad y EE UU respalda a grupos rebeldes y ha entrenado de modo específico a la opositora División 30 a la que dará respaldo aéreo.

Las divergencias entre las dos partes persisten tras entrevistarse ayer en Malasia el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, y el secretario de Estado de EE UU, John Kerry. Se trata de la segunda reunión en pocos días, ya que el pasado lunes ambos cancilleres se reunieron en Catar.

"Todos estamos de acuerdo de que el Estado Islámico es una amenaza común, un peligro común. Ambos estamos de acuerdo en que hay que aunar esfuerzos para combatir este fenómeno lo antes posible", admitió Lavrov, antes de rechazar emprender una ofensiva conjunta con Washington. "Por el momento no tenemos un enfoque común sobre cómo actuar de modo específico teniendo en cuenta los distintos agentes sobre el terreno, que incluyen unidades armadas de la oposición siria", sentenció el titular ruso de Exteriores.

Entre tanto, la aproximación entre Turquía y EE UU en la lucha contra el EI -que Ankara se está cobrando en forma de carta blanca contra los kurdos de Siria e Irak- cruzó ayer un umbral simbólico. El Pentágono lanzó su primer ataque con una aeronave no tripulada (dron) contra las posiciones de EI en Siria desde la base militar turca de Incirlik, situada a apenas 150 kilómetros del "califato" yihadista.

El Gobierno turco afirmó que la coalición liderada por EE UU impulsará una "ofensiva integral" contra los yihadistas desde las bases aéreas de las Fuerzas Armadas turcas, que hasta finales de julio estaban vedadas a las aeronaves del Pentágono. El titular turco de Exteriores, Mevlüt Çavusoglu, calificó de "exhaustiva" la lucha que su país y EE UU emprenderán contra el EI.