Egipto ha inaugurado este jueves la histórica ampliación del Canal del Suez, un "regalo al mundo" con el que el presidente egipcio, Abdelfatá al Sisi, ha querido vender la estabilidad que representa su régimen frente al caos derivado del "terrorismo" islamista.

Con una simbólica firma, Al Sisi ha dado por terminadas las obras de ampliación --han durado tan sólo un año--. El proyecto, con un coste estimado en unos 8.200 millones de dólares (unos 7.500 millones de euros), implica un canal paralelo de 35 kilómetros de longitud, que se une al ya existente, de 145 años de antigüedad, que une Asia con Europa.

Además, incluye aumentar la profundidad y la anchura de 37 kilómetros del canal antiguo, lo que permitirá reducir los tiempos de tránsito de los buques en unas siete horas y una navegación mejor para buques mayores.

El presidente ha destacado el "gran esfuerzo" que han supuesto estas obras, un "regalo al mundo" con el que el actual Gobierno quiere sacar pecho también ante sus propios ciudadanos. "Como puede verse por la felicidad de la población, (los egipcios) necesitaban demostrar a ellos mismos y al mundo" que pueden llevar a cabo proyectos de esta magnitud, ha subrayado.

La jornada había sido declarada festiva, para que los egipcios pudiesen sentir como propia una ampliación que el régimen ha equiparado a la nacionalización del Canal lograda en 1956 por el entonces presidente, Gamal Abdel Nasser, y a la construcción de la Presa de Aswan.

La Autoridad del Canal de Suez espera lograr aumentar sus ingresos hasta 13.230 millones de dólares (12.100 millones de euros) en 2023 frente a los 5.300 millones de 2014 (4.860 millones de euros), pasando de los 49 buques en tránsito en ese año a los 97 que proyecta que naveguen por la infraestructura en 2023.

Como gesto simbólico, en el tramo final del discurso de Al Sisi ha navegado por el nuevo canal el primero de los barcos que ha hecho uso de la nueva infraestructura.

Terrorismo

Al Sisi ha advertido que la ampliación ha sido posible gracias a la labor del Gobierno y pese a quienes siguen tratando de "perjudicar a Egipto y a los egipcios", de "detener su desarrollo". "La historia recordará que Egipto permaneció firme ante la peligrosa ideología terrorista", ha afirmado, según la prensa estatal.

"Seguiremos combatiendo el terrorismo y ganaremos; no hay duda", ha añadido en su mensaje, en el que ha llamado a trabajar como un "bloque" para hacer frente al "desafío". En esta línea, ha aprovechado para recordar a los "mártires" que han perdido al vida defendiendo la "estabilidad".

Al Sisi intenta pasar página a las dudas que suscitaron su llegada al poder en 2013, cuando al mando del Ejército expulsó de la Presidencia al islamista Mohamed Mursi. La espectacular inauguración ha contado con presencia de líderes internacionales como el presidente francés, François Hollande, el primer ministro ruso, Dimitri Medvedev, los reyes de Jordania y Bahréin y el emir de Kuwait.

Celebración popular

Las principales ciudades de Egipto han reflejado en sus calles la jornada festiva. "Esto no es sólo para mí, es para mis hijos y mis nietos. Es para todo el mundo", ha dicho desde la plaza Tahrir de El Cairo Gamal Amin, uno de los cientos de egipcios que se han reunido en este simbólico epicentro de la revolución.

Sin embargo, el proyecto no contenta a todos los ciudadanos. Para Mahmud, de 24 años, "no hay nada que celebrar". "Hay cosas más importantes para la población en las que podría haberse usado este dinero", ha criticado también desde Tahrir, en declaraciones a la agencia Reuters.