El bloque del Congreso estadounidense contrario a la normalización de las relaciones entre Washington y La Habana retomó ayer sus críticas contra el Gobierno de Barack Obama nada más inaugurarse la Embajada en Cuba. "Una bandera que representa la libertad ondea ya en un país gobernado por un régimen represivo que niega la democracia y los derechos fundamentales a su pueblo", lamentó el senador demócrata Robert Menendez.

Para Menendez esta imagen "encarna una política equivocada que ha optado por recompensar la brutalidad del régimen de los hermanos Castro a expensas de los derechos y libertades fundamentales del pueblo cubano".

En igual línea se ha expresado el senador por Florida y precandidato presidencial Marco Rubio, aunque extendió sus críticas a Obama más allá del restablecimiento de relaciones con Cuba y aludió también al pacto nuclear con Irán.

Rubio prometió que si se convierte en presidente de EE UU dará marcha atrás de inmediato al acercamiento con Cuba y al pacto nuclear internacional alcanzado con Irán.

"El presidente Obama ha premiado al régimen de los Castro por sus tácticas represoras y su persistente y paciente oposición a los intereses estadounidenses", aseguró el senador. Rubio acusó a Obama de terminar con una política mantenida durante medio siglo por presidentes de los dos partidos y de permitir que el castrismo reciba "legitimidad internacional para la represión.