El departamento de Justicia de EE UU se opuso ayer a dejar en libertad al yemení detenido en la cárcel de Guantánamo (Cuba) Tariq Ba Odah, que lleva ocho años, desde 2007, en huelga de hambre y es alimentado dos veces al día con líquidos que incluyen suplementos nutricionales.

La defensa de Ba Odah, que tiene 36 años y pesa poco más de 33 kilos, pidió a un juez federal que fuera dejado en libertad por criterios de salud y por su "grave deterioro físico y psicológico". Pero el departamento de Justicia intervino en el caso y solicitó al magistrado que retrasara su decisión mientras valoraba si era conveniente o no la liberación, a la que ayer se opuso.

La Casa Blanca ha asegurado que ultima un plan, que presentará al Congreso, para cerrar definitivamente el campo de internamiento de Guantánamo, un limbo legal creado en 2002 por la administración Bush para concentrar a sospechosos de terrorismo islamista. El primer decreto firmado por el presidente Obama en enero de 2009 fue el del cierre del campo, pero diversos impedimentos del Pentágono y el Congreso lo dejaron sin efecto.

De los 116 detenidos en Guantánamo, 52 han recibido el visto bueno para quedar en libertad condicional. El problema reside en los 64 restantes, ya que si se cierra el campo deberá decidirse quiénes deben ser procesados en tribunales militares y quiénes seguirán bajo custodia sin juicio en aplicación de leyes de guerra. Esta opción se estudia para los que podrían quedar libres por haber confesado bajo tortura pero siguen siendo juzgados peligrosos.

Por otra parte, el jefe del grupo yihadista Estado Islámico, Abu Bakr Al Baghdadi, violó en varias ocasiones a la cooperante estadounidense Kayla Mueller, de 26 años, fallecida en cautividad a principios de este año. La familia de Mueller, natural de Arizona, explicó este viernes a las cadenas ABC y NBC que agentes de las fuerzas antiterroristas les revelaron en junio que Kayla "fue torturada" y que era esclava sexual de Baghdadi.