El número de inmigrantes y refugiados que han llegado este año a Europa por el Mediterráneo alcanza ya los 292.000, reveló ayer la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), que advirtió que la situación "requiere una respuesta integral de la Unión Europea (UE)".

De las 292.000 entradas contabilizadas desde el 1 de enero, 181.000 fueron vía Grecia y 108.000 vía Italia. El 30 por ciento de esas personas son mujeres y niños, según Unicef. Y el ACNUR avisa que 3.000 personas diarias, entre inmigrantes y refugiados, estarán en ruta hacia Serbia en los próximos días. Proceden de Grecia o Macedonia y aspiran a alcanzar Hungría y el norte de la UE.

Con origen en Siria

La portavoz de ACNUR, Melissa Fleming, recordó que, mientras no haya un cese de la violencia armada en Siria -país de procedencia de la mayoría de los refugiados-, ni sumas importantes de dinero para ayudar a los países vecinos que acogen a 4,1 millones de refugiados sirios, las llegadas a Europa no disminuirán.

La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, François Hollande, abogaron el lunes por una política de asilo común en la UE basada en el reparto de refugiados por cuotas, una idea que también apoyó el canciller austríaco, Werner Faymann, pero a la que se oponen otros países de la Unión, como España.

Hollande insistió ayer en que el combate contra el terrorismo y la gestión de la crisis migratoria, los dos principales retos que afronta Europa en la actualidad, requieren una mayor implicación, firmeza y solidaridad.

Ante estos retos, el presidente francés llamó a no creer en "soluciones milagro" como el restablecimiento de las fronteras nacionales, que calificó de "superchería", y volvió a instar a Grecia y a Italia a abrir este año los centros de registro de refugiados.

Sin embargo, el presidente del Gobierno italiano, Matteo Renzi, criticó a la UE por haber suprimido de su debate la problemática en el Mediterráneo y los Balcanes, cuya situación de "emergencia" tildó de "alucinante".